Paul Guillén (Ica, 1976) es un autor que logra unir su agudeza crítica con un peculiar desborde creativo. Es autor de una tesis sobre Enrique Verástegui y profesor universitario, tanto dentro como fuera del Perú. Su último trabajo, Sisma Poema documental (Pesopluma, 2022) nos abre nuevos horizontes poéticos. En primer lugar, el subtítulo nos advierte de una cualidad: documentar, es decir, dar un testimonio, tomar partido de un hecho. La estudiosa Sandra Beasley señala que debemos separar de la poesía del testigo a la documental. La primera necesariamente busca dar voz al otro; en la segunda, se busca omitir la subjetivad. Sin embargo, los límites de ambas posturas, son flexibles.
Con este marco teórico, Guillén confecciona una máquina de diversos engranajes: agrega retazos de un diario, utiliza hojas de periódicos para transformarlas según la creatividad (Chacalón Metrosexual sirve, por ejemplo, para jugar con la estética de un ícono de la cultura chicha); y añade diversos poemas en verso libre que nos dan una idea de la realidad peruana: va del terremoto, pasando por NO HABITARÁN MI CANCIÓN -«Sé los nombres de esos esbirros que asesinaron al inka,/ (…) día a día, pero nunca habitarán mi canción»-, un extenso poema-manifiesto con uso de mitología andina y quechua. No podemos dejar de mencionar el reiterativo uso de imágenes. En Teoría Económica, por ejemplo, donde se muestran diversos billetes con el afán de reflexionar críticamente sobre el papel del dinero o de los personajes que representan el dinero (Valdelomar, en el billete de cincuenta soles) o las dos galerías de Poesía Peruana con dos láminas donde vemos a diversos poemas (Caviedes, Melgar, Eguren, Chocano, Vallejo, Martín Adán, etc) Estas imágenes son de láminas escolares, y sirven para reflexionar sobre cómo funciona la figura del poeta en el imaginario popular; así, cuestiona al pie de página: «(…)La poesía no piensa ¿y está loquita escuchando su propia voz?».
Así, estamos frente a una máquina poética singular, que, en sus mejores instantes, nos da una idea de lo frágil que son los géneros y documenta de una forma contundente la realidad peruana. Guillén también es autor de los poemarios Historia Secreta (2008) y Hospital del viento (2018) En el último mencionado, podemos rastrear ya un germen del afán de hibridez de esta original obra.
(Columna publicada en Diario UNO)