«SEXO DEBIL»
Yo no uso sombreros de frutas
Ni los espejos son mis amigos
No soy libre
No voy a marchas
Ni colecciono estampitas
Soy un macho con bigote
Un hombre con miedo a las alturas
El miedo con mujeres sin alturas
Un cobarde superhéroe
Un seductor de disparates
Un susurrador de contrariedades
Un despilfarrador de vanidades
Un fanfarrón de pocas palabras
Yo no uso sombreros de frutas
Ni los espejos son mis amigos
Yo jamás del pecho materno salí
Ni con un ciego me conmoví
Ni yo a un cura mate
Ni al vodka soporte
Ni a los viejos hippies seguiré
Ni a arrogantes lideres perseguiré
No tocare el cielo mucho menos el infierno
Leer en las escaleras de una montaña
Embarrarme con barro
Gritar como las chicas rebeldes
Beber ajenjo como aquellos viejos franceses sin sus viejos vicios
Ser asceta por un tiempo
Tener excesos por otro
Hacerme crecer la barba
Gritar como las chicas rebeldes
Si me preguntas eso me haría feliz
Mi tristeza y alegría en dosis sabias
Leer en las escaleras de una montaña
Ser una artista con ollas caseras sin ser artista
No tener pelos en la lengua ni en otra parte del cuerpo
No sonreírle a mis caras largas
Bailar hasta que los pies mueran
Sin apretar el gatillo
Vivir debajo de un árbol
Gritar como las chicas rebeldes
Si me preguntas eso me haría feliz
Sonreírle a mis caras largas
Hacerme crecer la barba
Con mis violentos valientes miedos
Si me preguntas eso me haría feliz
Sin besos volados
Ni lemas de autocontrol
Ni viejas morales
Leer en las escaleras de una montaña
Embarrarme con barro
Gritar como las chicas rebeldes
Hacerme crecer la barba
Escuchar a Satie
Beber ajenjo como aquellos viejos franceses sin sus viejos vicios
Escuchar a Duke Ellington
Si me preguntas eso me haría feliz
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Si tan solo dejaras de verte con lastima
Darías pasitos rebosantes de alegría
Miraras tu amorfo cuerpo con orgullosa pertenencia
Escucharas sus latidos histéricos
Ignoraras tu disonante lema de evasiva
Si enrojecieras con el calentamiento de tu frialdad
Yo escribiría una canción para mi
Nandra
«Una Mujer como usted»
Una mujer como Usted,
con infinitas conexiones sociales;
con acceso e invitación a las más distinguidas congregaciones
de luminarias y personajes ilustres de esta ciudad y de todas las que tienen importancia;
con posibilidad de garantizar un futuro brillante a partir de un presente intachable;
con una belleza sin pausas ni apagones;
con un vocabulario digno de una profesional universitaria;
con semejante carácter, ni liberal ni conservador, sino más bien repartido de acuerdo a la más optima solución;
con aires artísticos, por lo demás, porque Dios sabe que Usted sabe bailar.
Una mujer como Usted,
que nació con el glamour impregnado en el alma,
y el estilo preciso en la punta de los dedos,
también debería ser capaz
de callarse la boca,
quitarse la ropa,
meterse en mi cama
y joder de verdad.
Giancarlo Cornejo.