Cromwell Castillo es un poeta, artista plástico y diseñador gráfico, motupano de armas tomar y en estado permanente de trabajo. Siempre habla claro y potente. Por ejemplo, dice que “los malos poemas nacen de los chantajes y los falsos estremecimientos del autor para consigo mismo y para con su obra” y que, en poesía, existe el verdadero poeta y el pendejo; el primero es el honesto que batalla contra los molinos de viento y las modas y demás líneas de fuerza que arrastran a horneadas de poetas al barranco de la mediocridad y la repetición ad infinitum. Y el pendejo es el que se respalda con las argollas, el amiguismo, los letratenientes y la “alcahuetería literaria”, casi siempre carecen de talento y buscan el grupo o la mancha para avanzar en masa y copar los espacios culturales y obtener alguna aprobación retiniana o una palmada de hombro dentro del esplín de bardos viejos o culturosos que, como ciertos parásitos, buscan vivir en otro cuerpo.
Los poemas que compartimos aquí pertenecen al libro “Círculo de fuego”.
ARTE P(R)O(F)ÉTICA
El lenguaje es un puente
por el que la palabra cruza, desafiante, todas las fronteras.
Armazón articulado de espectros.
Nudo espléndido que evoca los orígenes del reino.
Si digo ‘esta voz es mía’, no es mi voz,
es el reflujo de la insuficiencia
que nos llama deseoso
desde la sombra de un aire primigenio.
Ni siquiera el presentimiento aborda
este halo espeso que asoma su caudal ardiente.
La voluntad es un accidente del deseo.
vocación de no-ser / torre suprema de la incertidumbre.
Escritura: tesoro perdurable.
Te ofrezco aquí toda mi desgracia,
universal como las revelaciones.
Escribir es asir el silencio y echarlo andar.
Escribir es sostener el pensamiento con la voz.
Escribir es domesticar el instinto ─pensamiento impensado─.
¿Te has preguntado a dónde va el rumor
que agita la puerta inefable de este sueño milenario?
El lenguaje de las pesadillas
es el infame pasadizo de las pesadillas de la realidad.
LA NUEVA CASTA DE ABRAHAM
No es momento de forzar rutas cómplices.
Abrasemos la memoria
evocando a nuestros muertos
con su heredad perdurable
de batallas inconclusas.
Cerremos filas al silencio:
infraterna y vieja costra de las componendas.
(32) Oremos. Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia al Señor.
(33) La esperanza aguarda en catedrales
donde rigen estremecimientos vanos:
Sumidos en una fe desfigurada,
las iglesias bendicen cadáveres
en nombre de la guerra y la mentira,
y sus ministros nos obligan a hundirnos el llanto
enarbolando insólitas rectificaciones.
Luego sobrevendrá el clamor universal:
Bienaventurados los que siguen el nuevo orden
de las constelaciones:
lluvia invisible / triángulo de fuego / la fe ahogará Europa
(primero será Europa: dos mil veintidós ─más uno─,
la era del aire)
Armazón de Barro Ungido / Dios Arde en una Bienaventuranza Incierta:
Casta creciente de Abraham en Latinoamérica.
No hay Verdad en lo que solo encierra dolor y remordimientos:
el mismo éxodo / la misma fatiga / el mismo origen de las rectificaciones
Animales salvajes serán soltados en el lugar del Edén:
Bienaventurados los hijos de la gran unificación tripartita.
No te acerques a la ciudad devastada por el aire,
de ella nacen ríos que erigieron su caudal en nombre de la muerte.
La Casa ha sido restaurada.
Levanta los ojos al cielo y mira:
estamos perdidos en una vastedad insignificante
de promesas celestes.
ASUNTO CRIMINAL
Con Herica, desde uno de los acantilados
de Puerto Eten; a propósito del ecocidio
de Repsol en el Perú.
I
En este mar solo cabe la memoria
de una música hegemónica que golpea nuestro cráneo
insistentemente
como una balada hostil, una compulsión
asombrosa de rumores
donde reina la incuria y la muerte.
Ah, las raíces de la infancia
que el mar sacude raudamente
convirtiéndolas en espuma:
quisiera tener la certeza
que este mar no existe
y que la ciudad devorada por el agua
es solo el inútil espejismo del olvido.
Pero no, el dolor arrecia con ardua marea negra,
y yo desde la cresta de este acantilado
veo olas tenebrosas descarnando peces y nutrias.
¿De dónde viene el fuerte oleaje
que ha deshecho los pilares de la Tierra?
El mar resuena en mi interior
donde una caracola anuncia los presagios de los puertos:
no hay nadie en los navíos, solo la tempestad
mece el corazón herido de las aguas.
Ha llegado el tiempo de la ceniza.
En un vasto cementerio de rocas húmedas,
oigo la voz del gentío arrastrando el cadáver del último verano.
Todo ha sido consumido por la niebla,
y la mentira galopante del Viejo Mundo
es silencio / espada / lesión:
Prometido infierno / fruto perdurable.
La historia es un puñado de escombros
que canta una alegoría al viento amordazado
de nuestras costas:
caravana de aves picoteando en las playas
la noble mansedumbre de sus alas rotas.
El mar es triste en su saqueada fecundidad,
como el suelo donde aguardan los albores de la guerra.
Nada ofrendarán sus aguas
que mueren
lentamente
bajo el cielo estrellado
de enero.
2022:
¿Oda a la sangre / Oda a la traición / Oda a la locura?
Revelaciones duermen y se orillan al roído murallón de piedra.
Estampida de bestias lascivas copulan en la negritud ascendente de la arena.
Polución sanguinaria / carnicería oscilante / región abatida.
Solo cuerpos fatigados pendiendo del horizonte abarcan este mar amado,
O es el sol abrasante que sujeta la indecible fragancia de lo incierto?
Luego sobrevendrán las tribulaciones:
reminiscencias de frágiles ciudades
desplomándose
al otro lado de la marea.
Todo está perdido.
II
La invisible danza de mis redes
devorada por las profundidades,
no logra descifrar el agua:
nada nos ha ofrendado el mar.
Leves augurios nos atan
al llamado impuro de tu voz, ¡oh, reino del crepúsculo!,
y apenas si el silencio sabe acariciarnos la memoria.
─¿Acaso desoímos el rumor vibrante de las preguntas
que encallan sobre esta orilla
ornamentada de aleteos moribundos
y negras constelaciones?─
He vuelto a mirar la extensa muralla de agua
y algo delata el inútil pretexto
de lo que somos:
el abismo seduce
y nos asoma a una estación pétrea
vigilada por peces abisales
y sombras inalcanzables.
Es el mar o la azulada versión de la muerte,
esa otra red imperiosa que lanzan los dioses
arrastrando nuestros ojos
a un viaje largo
a través de la noche.
He visto mi reflejo sobre sus aguas
presumiendo la esperanza de los náufragos
de corazón incurable / oscilantes
entre el volver o quedarse a fundar la niebla.
Inusitado reino de las transfiguraciones,
donde el viento es el soplido ruin
de bestias invisibles que atraviesan las ventanas de los puertos:
Verano galopante / hedor inmóvil
Tiránica armazón de fuego
que desliza su furia en el lomo de las aguas
y engendra animales fatigados
y mórbidos.
¿Quién clava sus agujas en este ambiguo
jardín de incertidumbres?
Lanzo las redes
al anchuroso ojo de agua
una y otra vez
una y otra vez
una y tantas veces
y solo atrapo una pregunta irredimible:
¿Por qué nuestras plegarias ya no se oyen?
─¿A dónde va el canto constelado que mi alma escupe
al cielo abominable de las postrimerías? ─
Aves milenarias surcan el horizonte
colisionando su pico
contra un paisaje de cadáveres
que esperan el gesto entrañable del aire.
¿Qué es una lágrima sino un deseoso aleteo nocturno?
Una lágrima caída al mar
es el mar devorando las profundidades
de los hombres.
Es el mar recuperando sus raíces.
III
La patria de mis ojos es el mar,
y tú una barca balanceándose,
discreta,
en sus profundidades.
Vocación impura
y babilónica la del lenguaje:
Hacer fluir el poema
en medio de un mar
repleto de inmundicias.
CROMWELL CASTILLO CABREJOS
Poeta y artista plástico peruano. Exmiembro fundador del Grupo Literario Signos y autor de “Agua” y “Transfiguración o el sonido” —libros incluidos en “Signos” (Chiclayo, 2007)—, “¿Dónde acaso es camino?” —incluido en “Demolición de los reinos” (Lima, 2010)—, «Estética de las revelaciones» (Arequipa, 2011), y el plaquette “Fuego” (Arica, 2010). Forma parte de “Cuervo Iluminado”, Colección de Nueva Poesía Peruana (Lima, 2010); «Rito verbal», Muestra de Poesía Peruana 2000 – 2010 (Lima, 2011); «Me Usa”, Brevísima Antología Arbitraria Perú – Uruguay (Perú, Venezuela, Chile, 2012) y “Circo de pulgas”, Antología de la minificción peruana (Lima, 2012).
Trabajos suyos han sido publicados en revistas impresas y virtuales de Perú y el extranjero.
Es director de Semanario del Norte, primer periódico virtual de la Macroregión. Tiene inéditos los libros «La cabeza del Minotauro» y «Círculo de fuego».
CONTACTO:
Móvil: +51 (074)942959742
E-mail: cromwellcastillo81@gmail.com