Escribe Juan Cristóbal
1
No me interesa ser pobre, si veo árboles y flores y burgueses ahogándose, todos los jueves, en noche de gallos.
2
Madre mía, no te preocupes, resucitaré y enmendaré todos mis errores que parecían anuncios de cine en la oscuridad caritativa de la iglesia.
3
Tengo temor al asilo, a la renta de un pobre jubilado. La resignación no se resiste, pero me gustaría morir en una isla donde las aves siguen enamoradas del viento.
4
Veo una higuera, esa idea indiscreta del cielo, que me dice: “Eres un desastre”. Entonces miro mis ojos y siento que ningún día del año se ha consumido.
5
Mi sueño ya no resiste el primer día del cielo. Sólo le queda espiar a los pobres corazones inocentes.
Fin de la conversación
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