Por Edison Mamani
El miércoles fue un “pleno ético”, para algunos, aunque para otros un “pleno antiético”, porque se aprobó reducir la sanción a 30 días de suspensión a los parlamentarios Juan Lizarzaburu (por sus comentarios sexuales sobre Patricia Juárez, su entonces colega de bancada de Fuerza Popular), y a Jorge Flores Ancachi y Katy Ugarte (por el recorte de sueldo a sus trabajadores). La defensa de los dos primeros se centraba en que no había proporcionalidad en la sanción, de que era injusto 120 días, y que eso significaba compararlo con otros casos, como el de Freddy Díaz, acusado de presunta violación sexual. Lo anecdótico fue el caso de Katy Ugarte, donde se tuvieron que realizar seis votaciones antes de la votación final.
Iniciamos con Juan Lizarzaburu (Alianza para el Progreso), donde la Comisión de Ética planteaba suspenderlo 120 días, sin embargo, Alejandro Soto, vocero de APP, propuso que el caso regrese a comisión, pero Patricia Juárez reaccionó inmediatamente señalando que “una vez más vemos una actitud machista y vergonzosa”, consiguiendo que no se aprobara dicha propuesta, aunque sin el apoyo de otras mujeres congresistas como Lady Camones, Francis Paredes, Adriana Tudela, Rosselli Amuruz, Patricia Chirinos, Elizabeth Medina, Digna Calle, Edhit Julón y Magaly Ruíz, a pesar de que este tema era “mediático” y “emblemático”, en la defensa de los derechos de la mujer. También fue rechazada la propuesta de Julón, y su reconsideración respectiva, de una amonestación pública y 30 días de multa. Finalmente, Héctor Valer (Somos Perú), planteó reducir la sanción a solo 30 días de suspensión, propuesta que fue respaldada incluso por Fuerza Popular, bancada de la agraviada.
El segundo caso fue el de Jorge Flores Ancachi (Podemos Perú), donde la Comisión de Ética también proponía suspenderlo 120 días, sin embargo, José Jerí (Somos Perú) planteó una cuestión previa para que Flores fuera sancionado solo con 30 días de suspensión. No hubo mayor debate y se alcanzó el objetivo por la contundencia del argumento de Jerí.
Finalmente, el último caso fue el de Katy Ugarte (Bloque Magisterial), donde la Comisión de Ética planteaba suspenderla 60 días, sin embargo, congresistas de su bancada presentaron tres cuestiones previas para reducir su sanción, pero tuvieron algunos desencuentros con Patricia Juárez, quien dirigía la mesa en ese momento, y no pudieron evitar que se apruebe la sanción de 60 días, no obstante, casi al finalizar la sesión del pleno se apareció Eduardo Salhuana para ejercer la presidencia, y luego de aceptarse la reconsideración se aprobó la cuestión previa de Kira Alcarraz (Podemos Perú) para que la suspensión sea de 30 días.
Lo bueno de esta sesión es que marca un precedente para los futuros “mochasueldos”. Lo malo es que también tendrán 30 días de suspensión, por una “vinculación política no legal”. Los que siempre critican al Congreso pensarán en “repartija” o “blindaje”: las bancadas de los tres parlamentarios sancionados, se pusieron de acuerdo para buscar consenso en la reducción de la sanción, dando como resultado una votación altísima (77, 80 y 78 votos, respectivamente). La gestión de Diego Bazán no tuvo este resultado. Alex Paredes, como presidente de la Comisión de Ética, cuestionado por un sector de la opinión pública al iniciar su mandato en la comisión, no accedió a los planteamientos para reducir la sanción a ninguno de los tres parlamentarios.