Placeres Oniricos / Luis Felipe Alpaca

PLACERES ONÍRICOS

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LA BELLEZA DE LO FEO

Por: Luis Chávez A.


 

“Ya quisiera ella la suerte de la fea”, dice el dicho. Pues no hay peor feo, que el que quiere serlo.
La fealdad conlleva un juicio subjetivo de considerar a las personas o cosas, como desagradables o repulsivas al momento de observarlas. Pero eso sí, todo ello dependiendo del criterio del observador. Pues la percepción de la fealdad así como de la belleza, puede ser equivocada o acertada de acuerdo a la influencia que ejerce la cultura del observador.
Hoy muy tristemente se rinde gran tributo a la belleza, y a lo estético. Y no es que esté mal hacerlo; pero, lo malo de todo ello, es caer en aterradores excesos. Tanto, que en muchos casos llegamos a perder ciertos valores y principios como el respeto, la dignidad y la tolerancia.
En ese sentido, la mujer cumple un papel importante relacionado a la belleza, pues hoy llega a ser inconcebible que haya una mujer fea, para muchos expertos en belleza. Pues en pleno siglo XXI, existen tratamientos integrales de belleza, cirugías y programas de rejuvenecimiento, etc.
Por otro lado, la publicidad se encarga de bombardear a la sociedad, con todo lo bonito, y siempre relacionando a la mujer, como sinónimo de sensualidad y erotismo.
Si no, recordemos cuando alguna vez hemos asistido a un motorshow, siempre hemos encontrado bellas anfitrionas en sensuales licras apoyadas encima de los “fierros”, o luego de algún torneo de tabla en las playas del sur;  seguían los esperados bikini-contest o Hawaian-tropic.
En la televisión, afortunadamente se ha tratado de reorientar los criterios de la imagen con respecto a las personas. Recordemos por ejemplo que en los años noventas las producciones de Iguana, por cierto, en su mayoría banales; mostraban entre sus actores “caras bonitas” de jóvenes acomodados. Contrario a ello, pudimos espectar las producciones del canal nueve, que promovía a jóvenes provincianos y “no bonitos” de las clases emergentes. Prueba viva, de la actualidad televisiva es Magaly Medina. Una mujer fea pero atractiva al mismo tiempo, tanto como cruel y fascinante.

 Los feos también pueden llegar a ser bellos, en la medida que tengan rasgos positivos en su persona, pues la belleza interior supera grandemente la superficialidad de lo estético y armonioso. Cualidades como la ternura, la sensibilidad, la compasión y la inteligencia constituyen los valores que hacen a un ser humano bello y agradable en su forma de ser.
No olvidemos a personajes como Cyrano de Bergerac (Edmond Rostand 1897), un feo que logró cautivar con sus bellas cartas de amor a su prima Roxana. Y al marginado Quasimodo (Victor Hugo 1831), un ser tierno y sensible cubierto de una apariencia monstruosa.

Pero un símbolo de la belleza del alma, es el caso de Joseph Merrick (Inglaterra 1862-1890), conocido como “El Hombre Elefante”. Él, a pesar de sus malformaciones, y de los maltratos que había recibido de la sociedad londinense de la época, nunca sintió rencor alguno,  y siempre mostró amor y dulzura hacia los demás.
Una prueba de su sensibilidad, es un poema que escribió y que unió a otros versos del pastor protestante inglés, Isaac watts (1674-1748).  Aquí un fragmento  del poema “False Greatness” (Falsa Grandeza), cuyo primer cuarteto es de Merrick y los cuatro últimos versos, del poeta Watts:

Es cierto que mi forma es muy extraña,
Pero culparme por ello es culpar a Dios;
Si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
Procuraría no fallar en complacerte.

Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
O abarcar el océano con mis brazos,
Pediría que se me midiese por mi alma,
Porque la verdadera medida del hombre es su mente.

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