El último jueves 07 de octubre, la Academia de Estocolmo galardonó al escritor peruano Mario Vargas Llosa, con el premio Nobel de Literatura. Y el Jurado de la misma, admitió que otorgó el premio al peruano, “por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”.
Este es un hecho sin precedentes en el Perú, pues, si bien es cierto que algunos autores peruanos, se han adjudicado importantes premios literarios, cómo: el Planeta, Alfaguara, Casa de las Américas, etc. Es la primera vez que un peruano obtiene un Nobel. El año pasado lo ganó la Rumano-Alemana Herta Müller, una mujer contestataria que siempre plasmó en su prosa, su firme voz de protesta contra la corrupción comunista de su época.
A Vargas Llosa la noticia lo cogió de improviso, pues él se encontraba en Nueva York, para dar sus cátedras semanales en la Universidad de Princeton, a lo cual, una cadena Colombiana logró obtener la primicia de entrevistarlo vía telefónica.
La obra de MVLL, ha dado la vuelta al mundo y ha sido traducida a decenas de idiomas; hecho que ha generado que haya sido merecedor de múltiples reconocimientos y homenajes. Por ejemplo, hace dos años, en Lima, la Casa O`Higgins abrió sus puertas al público en el centro histórico, para inaugurar una majestuosa e impresionante muestra organizada por la universidad Católica de Lima, llamada: “Mario Vargas Llosa, la Libertad y la Vida”. 14 salas en dos niveles mostraban fotografías, audiovisuales, manuscritos, machotes, objetos personales, títulos y ediciones de distintos países, y hasta la máquina de escribir que utilizó en los ochentas; que fueron el deleite de todos sus asistentes.
Pero MVLL, no solo se ha encargado de ejercer la literatura a lo largo de su vida. También podríamos decir que en todo ese tiempo, él ha sido considerado un personaje controvertido que es admirado por muchos, pero también muy cuestionado por otros.
Pues, de ser un mero simpatizante de la izquierda y de la revolución cubana de finales de los cincuentas, pasó a ser un militante de la derecha, tanto que se tuvo seducido por la política. Pues, en protesta de un equivocado proyecto de estatización de la Banca, de parte del Presidente García en su primer mandato (1985-1990), alzó su voz de protesta en una marcha por las calles, al lado de dos importantes partidos políticos de la Derecha, (PPC y AP).
Todavía recuerdo ese 21 de Agosto de 1987, en que casi todas las cincuenta mil personas que colmábamos la Plaza San Martin; llevábamos en la frente esa cinta blanca con la palabra “Libertad”. Pues, a ese inesperado mitin, se le llamó “Encuentro por la Libertad”. Y terminó siendo lo que todos ya conocemos; un movimiento político llamado FREDEMO, que trascendió en la etapa electoral del noventa, con Vargas Llosa a la cabeza de la contienda presidencial. Cuyo desenlace fue amargo para el escritor, al perder las elecciones en manos de un “personajillo” que ya ni queremos mencionar. Fue a partir de allí, que él tuvo un desencuentro con el Perú, pues a los pocos días de haber perdido la contienda electoral, tomó un avión con destino a Francia, para ya no volver, y dejar del todo la política, para dedicarse de lleno otra vez a la literatura. Fue allí, que adquirió la nacionalidad española (2 de julio de 1993) luego de publicar “El Pez en el Agua” en donde lanza duras críticas al gobierno del dictador. Pero muchos sectores del país también cogieron un enfado por su actitud “anti-nacionalista”.
Finalmente, volvió al país luego de muchos años, pero esta vez con una actitud resurgidora y amistosa. También recuerdo que en el 2007, asistí una noche a la Casona de San Marcos (1605). Era la presentación del “Dossier Vargas Llosa” escrita por su gran amigo y biógrafo personal José Miguel Oviedo; y en el momento de las firmas a los lectores; pude ver a un MVLL encantador, sencillo y cariñoso, que hasta posaba para las fotos. Pues, no cabe duda que los años lo han ido macerando. Por ello, al margen de sus desaciertos políticos y de sus deslices con el Museo de la Memoria; y a pesar de sus vecinos del malecón de Barranco, que protestaron por ver su nombre acuñado, en vez del tradicional Paul Harris; y más aún, si nuestras preferencias literarias a pesar de que sean “metaliterarias” o “barrocas”, nos dicten de que debemos ser más exigentes a la hora de reconocer a un autor. Debemos admitir que MVLL es un autor universal, y es peruano con mucho orgullo, porque en su momento, supo reconocer sus errores y desaciertos.
Y tal como lo dijo en la última conferencia de prensa que dio en el Instituto Cervantes de Nueva York: “El Perú soy yo aunque a algunos no les guste”…