Literatura

PLACERES ONÍRICOS

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¡Mi amante musical!

Por: Luis Chávez A.
lchavez@limagris.com

Hace unos días, me compré un compacto del músico norteamericano Lionel Richie, y la verdad es que cuando me desplazaba en mi auto, y escuchaba su música, logré transportarme a los ochentas, época considerada idílica para muchos de nosotros. Resulta, que el compacto recopilaba los éxitos del músico, y entre ellos no me cansé de reproducir “penny lover” hermosa balada en ritmo lento y melodioso, pues la misma me traía a la mente los momentos en que con mi novia en esa época íbamos al cine, entre ellos El Conquistador y también el Roma, y en el ínterin de la proyección tocaban la música de Richie, y fue justamente Penny Lover, la que sirvió de testigo para afianzar nuestro romance.

Y así, sin quererlo logré inventarme una terapia, a la hora de escuchar mis músicas, las cuales me hacen inmensamente feliz en ese preciso instante, toda vez que voy en el auto; pues en mi maletera llevo centenas de compactos, de variados ritmos. Y también considero que a la hora de oír alguna música, no se debe ser tan sesgado, y hay que saber aceptar toda clase de géneros. Por ejemplo: en lo personal; escucho desde la sacra-gregoriana, lirica, culta, rumba, flamenco, bossa nova, trova, balada, jazz, latin-jazz, soul, pop, rock, metal, reggae, rap, hip-hop, alternativa, merengues, bachatas, salsa, cumbia, chicha, y tecno cumbia. Por mencionar algunos ritmos de mi preferencia.

También cabe mencionar que la música siempre fue el producto de la inspiración basada en el amor. Por ejemplo en la época barroca, existieron dos músicos que le rendían tributo a Dios, en sus cadencias musicales; ellos fueron Haendel y Bach. Después surgieron propiamente Beethoven y Mozart que amaban muchísimo la música pura, a tal punto de cultivarla con un equilibrio impresionante, en donde nada logra faltarle y tampoco sobrarle. Aunque Beethoven fue algo más contestatario.
Pero en la época del Romanticismo, los artistas y en especial los músicos cultivaban más amor a las personas, a las mujeres y a los niños, aquella fue una etapa de amor al mundo; y entre sus más notables exponentes estuvieron Chopin, Schubert, Litz, Brahms y Schumann.

Luego, estuvieron los “Impresionistas” con ideales mas etéreos, y armonías más innovadoras, que también estuvieron basadas en el amor romántico. Integraron este grupo: Chausson, Ravel y Debussy.
Pero fue Richard Wagner quien le puso fuerza y expresividad a sus operas que rendían tributo a la mitología de los dioses. En fin, fueron etapas musicales donde abundaban los contrastes de melodías y ritmos, que sirvieron luego de gran inspiración para las nuevas creaciones de los  músicos contemporáneos, aunque con distinta temática.

Por otro lado, hoy se puede comprobar que la música tiene también efectos fisiológicos en las personas. En la presión arterial, por ejemplo, en los niveles hormonales, en el ritmo cardiaco, y las contracciones estomacales. Pues, ellos se aceleran o se vuelven  lentos de acuerdo a los ritmos musicales. Es así, que los terapistas musicales hoy emplean el sonido para poder ayudar a ciertos problemas médicos. Desde un simple dolor de cabeza, hasta la enfermedad de Alzheimer; pues ya existe evidencia que la práctica de la música mejora la memoria, disminuye el dolor y reduce la ansiedad y el estrés.

Así, la música no sólo es sinónimo de placer, sino el mejor remedio para cuidar la salud.
Por ahora, mi romance con la música será hasta que la muerte nos separe; pues, no pienso dejarla a pesar de que existen otros placeres y tentaciones.
Ahí les dejo algunos temas de diferentes épocas, los cuales siempre me hicieron estremecer de emoción, nostalgia, amor y felicidad…

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