Política
Pifian y abuchean a Dina Boluarte durante Desfile Militar [VIDEO]
Para colmo, mandataria llegó tarde al evento.
Al grito de “rata”, “corrupta” o “asesina”, así los asistentes al Desfile Cívico – Militar recibieron a la presidenta de la República, Dina Boluarte, quien por momentos trataba de disimular el abucheo proveniente de varias tribunas de la avenida Brasil, y es era más que evidente que su ‘portátil’ no podía estar ubicada en toda esa extensa avenida.
Resguardada por una imponente seguridad, francotiradores y guardaespaldas, la mandataria se trasladó a bordo de un jeep, tratando de emular a otros jefes de Estado, pero rápidamente se sintió vulnerable a los silbidos de los asistentes que no ocultaban su descontento hacia ella, pues para colmo llegó a la tribuna oficial media hora tarde.
“Rata”, “asesina”, “ladrona”, vociferaba la población que ya previamente tuvo que soportar su extenso, pero poco convincente, mensaje a la Nación el 28.
El desprecio de las mayorías se lo tiene ganado a pulso, pues resulta sumamente difícil que Boluarte tenga la intención de acercarse a la población; solo basta recordar los últimos episodios ocurridos en Loreto o Arequipa, donde manifestantes salieron a protestar por su llegada.
Por momentos con la mirada perdida, o esbozando una pequeña sonrisa, la mandataria se sentía incómoda debido a que en esta ocasión no se encontraba en un colegio rodeado de sus aduladores ministros ni de inocentes escolares que poco saben sobre la desastrosa gestión de la autodenominada “mamá de todos los peruanos”.
Dina Boluarte llegó a la Parada Militar entre gritos de ‘rata’ y ‘corrupta’.
— AbigailVillantoy (@AbiViGom17) July 29, 2025
Con un 94% de desaprobación, el rechazo ciudadano se hizo sentir, incluso, con todas las medidas de seguridad propias del evento.
Reporte para @infobaeperu. #ParadaMilitar #paradamilitar2025 pic.twitter.com/zck20aioyb
Fue así que Boluarte llegó a la Parada Militar, apareciéndose en un vehículo lo más cercano al estrado principal para no tener que soportar el desprecio de la población que prefería en esos momentos ver desfilar a los militares y a las distintas instituciones. Ya ubicada en su sillón, Boluarte pudo respirar más tranquila, sabiendo que otra vez se encontraba en su “zona de confort”, rodeada de sus ministros y demás autoridades que de alguno u otra manera tratan de levantarle su alicaída popularidad.