Fue un partido difícil, pero la selección enfrentó a Chile
con una dosis de confianza, confianza que ganó luego de vencer a Uruguay por
penales. El equipo de Gareca desde el primer minuto fue otro, aquí hubo un
cambio de actitud importante, una selección con una mentalidad ganadora que
comenzó a presionar y pelear todas las pelotas.
Sí hubo errores, pero fueron mínimos, o, mejor dicho,
minimizados por Gallese, el hombre clave del triunfo ante Chile, que demostró una
gran actuación bajo el arco, y que cerró la noche atajándole un penal a Vargas.
Pero no solo Gallese ha sido clave en los últimos dos partidos, aquí también
hay que mencionar a Zambrano, Advincula, Carrillo y Guerrero, quienes intentan
desde su posición jugar ordenados y en equipo.
Perú, frente a Uruguay y Chile, ha demostrado tener la
actitud para ganar los partidos, un cambio de chip necesario para el triunfo, pero
aun así sigue faltando fútbol. Frente a Chile hubo chispazos de buen juego, y
algunas pinturitas de toque de pelota al ras del césped.
¿Tenemos un equipo compacto? No. La selección peruana no
cuenta con un número 5, 8 o 10 en la cancha, es decir, hay una ausencia fuerte
de la columna vertebral y un cerebro del equipo. Una ausencia de hombres claves
que son generadores de juego y creatividad para el gol. Pero ante la ausencia
de un 5, 8 o un 10, lo que tenemos son jugadores con sed de triunfo, con hambre
de revancha, con el grito de gol atorado en la garganta y con un cambio de
mentalidad que los convierte en un equipo que juega por instinto, y eso, para
Brasil no será nada fácil.
La presión la tiene Brasil; 44 años después viviremos una
nueva final de la Copa América. La historia de este final está en los pies de
los 11 jugadores que saldrán el domingo en busca de un nuevo maracanazo.