Desde hace 19 meses el Perú tiene una tasa de más 200 mil fallecidos por causa del Covid-19. Esta cifra es una de las más alarmantes en el mundo y lo más indignante ha sido la inacción del Ministerio Público liderado por la Fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos que no ha iniciado una investigación por la mala e irregular gestión de los expresidentes Martín Vizcarra y Francisco Sagasti, pero, sobre todo, por lo cientos de miles de fallecimientos que enlutaron al Perú entero.
Las cifras son alarmantes, porque solamente en el periodo presidencial de Martín Vizcarra fallecieron 87,834 personas víctimas del coronavirus y seguidamente, en la encargatura de Francisco Sagasti, el saldo fue más espeluznante, porque luego del inicio de la segunda ola durante su corto mandato fallecieron 107, 785 personas.
Sin embargo, somos testigos de una impunidad nauseabunda que actualmente reina y ha logrado que estos dos personajes con la ayuda de los medios y algunos grupos de caviares continúen siendo publicitados como personas “ilustres” en la sociedad peruana, en especial, el admirador del terrorista Néstor Cerpa Cartolini, y hombre de “ciencia”, según sus propias palabras, Sagasti Hochhausler.
Precisamente, ayer Correo publicó una infografía que detalla las cifras espeluznantes de la mortalidad del Covid en el Perú, y señala los datos negativos que involucran, no solamente, a estos dos exgobernantes, sino a sus ministros de la muerte, como Víctor Zamora, Pilar Mazzetti y Òscar Ugarte.
Según los datos elaborados por la fuente de Worldometer, Manuel Ruiz Huidobro, del 22 de octubre, los países con más muertos debido al Covid, (por millón de habitantes) son:
En primer lugar, Perú, con 5,950 habitantes.
En segundo lugar, Bosnia, con 3,479 habitantes.
En tercer lugar, Macedonia del Norte, con 3,369 habitantes.
Cuarto lugar Bulgaria, con 3,339 habitantes.
Quinto lugar, Montenegro, con 3,275 habitantes.
Sexto lugar, Hungría, con 3,167 habitantes.
Séptimo lugar, Gibraltar, con 2,910 habitantes.
Octavo lugar, Republica Checa, con 2,851 habitantes.
Noveno lugar, Brasil, con 2,821 habitantes.
Décimo lugar, San Marino, con 2,671 habitantes.
Décimo primer lugar, Argentina, con 2,532 habitantes.
Cabe recordar, que con Vizcarra Cornejo se emprendió una agresiva campaña a la millonaria adquisición de las pruebas rápidas que no servían para nada, a diferencia de las moleculares y que significó un pretexto para realizar un festín económico. Lo mismo, a las millonarias adquisiciones de las vacunas chinas de Sinopharm, las mismas que Sagasti y su expremier Violeta Bermúdez defendían a capa y espada.
Asimismo, el desabastecimiento del oxígeno medicinal que fue una constante durante los dos gobiernos; y luego surgieron las denuncias por el Vacunagate que favoreció a los allegados de Vizcarra y posteriormente, a las exministras de Sagasti: Elizabeth Astete y Pilar Mazzetti.
El Congreso, ha emprendido una feroz batalla contra el Poder Ejecutivo; y no toma en cuenta, que el país continúa en zozobra por la economía en desaceleración, debido al elevado costo de los precios de los productos de primera necesidad; no obstante, ya es tiempo que el propio Parlamento, forme una Comisión Investigadora y que presione a la Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos, para que se emprenda una rigurosa indagación con el objetivo de dar con todos los responsables que participaron en el manejo de la pandemia cuando se desempeñaron como altos funcionarios públicos, por considerarse delitos contra la humanidad.
Ahora bien, la prensa, en especial los medios de la concentración fueron los grandes cómplices de las gestiones de Vizcarra y Sagasti, mientras miles de peruanos morían frente a la indolencia de ellos.
Es vergonzoso reconocer que luego de la guerra con Chile y el terrorismo en el Perú, la pandemia del Coronavirus en nuestro país ha cobrado el índice más alto de muertos, en toda nuestra historia republicana. Así las cosas, en el 2020 los medios apoyaban a Martín Vizcarra y luego a Francisco Sagasti, porque hicieron espíritu de cuerpo, gracias a la pauta estatal que ambos gobiernos les brindaron; pero, lo peor fue ver a una Fiscal de la Nación, como Zoraida Ávalos volverse sorda, ciega y muda, porque tampoco inició una investigación sobre las 200 mil muertes; asimismo, la Procuraduría General del Estado tampoco hizo lo mismo; es decir ambas instancias se quedaron calladas.