Por Carlos Alva Diaz, (Médico neurólogo y epidemiólogo clínico)
“José, es un taxista de 50 años y padre de 3 hijos, que fue llevado por sus familiares a uno de los tantos hospitales públicos del ministerio de salud del Perú, lo encontraron con signos de infarto cerebral de apenas 2 horas de iniciado, los médicos indicaron “Alteplase”, medicamento que podría revertir el infarto, evitarle el riesgo de muerte y las secuelas caracterizadas por parálisis de algún lado del cuerpo, sin embargo, dicho medicamento no se encontró en farmacia y cuando los familiares deciden comprarlo en el privado, se dan con la sorpresa que dicho medicamento tiene un costo que está por encima de los 2000 soles por ampolla (se necesitan 2 amp.), lamentablemente no cuentan contaron con tal suma (que es más de 4 veces el ingreso mínimo vital). José ahora acude a sus consultas en silla de ruedas y espera poder recuperarse para seguir trabajando”. Esta historia, aunque recreada, es la de millones de peruanos.
En nuestro pais la salud es un derecho reconocido por ley (Constitución de 1992 y Ley General de Salud 26842). Sin embargo para alcanzar este derecho se requiere de algunas medidas concretas ampliamente reconocidas:
- Presupuestos públicos de salud acorde a las necesidades de la población, Los países desarrollados con mayor prespuesto destinan cerca del 10% de su PBI, la OMS recomienda que no debe ser menos del 6%, Cuba un país considerado pobre pero con uno lo mejores niveles de salud de América destina el 10% y en latinoamerica el promedio es de aproximadamente el 7% (http://www.bbc.com).
- Aunque el presupuesto sea mayor o menor, estos recursos son siempre limitados por lo que deben ser utilizados optimamente para alcanzar los mejores resultados (reducir mortalidad y morbilidad, mejorar la prevención y promoción de salud), para que todos los ciudadanos tengan garantizada una adecuada atención y tratamiento cuando lo requieran (universalidad e integralidad).
- Los diferentes países tienen medidas para evitar que el problema de acceso a los servicios de salud, y sobretodo a los medicamentos, impacte negativamente a su población, por ejemplo mediante la cobertura de medicamentos esenciales.
- Incluso en países donde sus políticas económicas son de libre mercado estos protegen a sus consumidores al evitar que las empresas de medicamentos utilicen estrategias nocivas para el consumidor como la concertación de precios y la conformación de oligopólios o monopolios.
En el Perú todos estos mecanismos que permiten garantizar el derecho a la salud no se cumplen:
- Precario presupuesto para salud
En el Perú año tras año este presupuetso ha resultado estar siempre por debajo del promedio latinoamericano (2 a 4% del PBI en el 2017), siendo uno de los países que año tras año menos recursos invierte en salud casi a la par que Venezuela y Haití que son los que menos invierten (http://www.bbc.com).
- Ineficiencia en el gasto
Los ya limitados recursos se diluyen año a año en programas de salud con pocos o hasta nulos resultados. Recientemente se ha mostrado a los medios que la tuberculosis MDR, la mas infectante y letal de sus formas, sigue rampando en nuestro país ante la mirada incredula de las autoridades y el sufrimiento de cada vez más peruanos (http://www.hildebrandtensustrece.com), somos el segundo país con la mayor tasa, solo está por encima nuestro el país mas pobre de la región (Haití), a pesar de que esta enfermedad tiene un directorio exclusivo en el MINSA y un presupuesto importante (36 millones de soles al año). Seguimos creciendo en muertes maternas a pesar de los programas materno-infantiles. Y sigue causando sorpresa como el presupuesto aún precario del SIS destina millones (84 según el informe) para pagar a los privados (http://www.americatv.com.pe). Mientras que medidas reconocidas como altamente costo-efectivas como la prevención y promoción de la salud (Ej. Ley de alimentación saludable), fortalecer el primer nivel de atención y recuperar los hospitales públicos para la atención especializada están siempre en el discurso de políticos pero no en la realidad.
- Gasto de bolsillo perverso de los ciudadanos
Como afirma A. Saco, a pesar de que presupuesto para el SIS el 2018 es 30% mayor que el año anterior, la gestión del SIS opera con una lógica de sospecha y restricción para los ciudadanos (diariouno.pe). Es por ello que el gasto en salud que realizan las personas es parte importante del presupuesto familiar, siendo más del 60% del gasto de bolsillo en salud el que se destina a la compra de medicamentos (http://cies.org.pe).
- Mercantilismo salvaje de los medicamentos
Perú un país de libre mercado, incluso neoliberal, las medidas de protección al consumidor se vulneran, son bastante conocidas que las empresas faramaceúticas no respetan las leyes contra la concertación de precios, a pesar de las sanciones que reciben, e incluso ahora se ha conformado el más grande oligopolio farmaceutico que incluye a las ya sancionadas empresas que anteriormente concertaron precios (http://semanaeconomica.com). Siendo ya uno de los países con los precios más altos de medicamentos de la región, es iluso pensar que estas empresas no seguirán incrementando los precios de los medicamentos con lo cual se verá cada vez mas afectado el bolsillo de los peruanos por gastos en salud y lo más trágico es que muchos peruanos en la práctica no podrán acceder a tratamientos necesarios.
Las soluciones son bastante conocidas, incrementar el presupuesto en salud para llegar al menos al promedio de los países latinoamericanos; planificar políticas efectivas y eficientes para alcanzar metas realistas en los sistemas de salud, empezando por fortalecer un primer nivel de atención; evitar mayor gasto de bolsillo de los ciudadanos garantizando una cobertura adecuada no solo a la atención sino a la prescripción de medicamentos y; aunque debiera evitarse a toda costa la mercantalización de la salud al menos frenar el mercantilismo salvaje de concertación de precios y conformación de monopolios del medicamento, todo esto en Perú sigue siendo una agenda pendiente y un sueño de muchos, sobretodo de los más pobres.
