Por Edwin A. Vegas Gallo
APEC, es un Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico que involucra a 21 economías, a ambas orillas del océano Pacífico. De este lado del Pacífico latinoamericano forman parte, México, Perú y Chile, estando a la expectativa de su incorporación Colombia, Brasil y Argentina.
El modelo económico imperante de APEC, es la liberalización del mercado, siendo la piedra angular el comercio, no teniendo en su ecuación en su ecuación “el tema ambiental” y allí radica gran parte del problema del comercio insostenible, ya que existiendo falta de credibilidad y transparencia gubernamental peruana y sin una participación ciudadana convenientemente informada, impide que los acuerdos a que se arriben en este APEC se puedan ejecutar favorablemente para el bien común, de la sociedad peruana.
Es pertinente entender en Perú, que sólo el tema del comercio no nos va a sacar del sub desarrollo, debiendo entenderse que la política comercial y la ambiental son retro alimentarias, debiendo eliminarse las incongruencias entre el MEF y el MINAM, por ejemplo en modificar el SENACE para favorecer ”inversiones express”.
Asimismo es pertinente dar mayor consistencia a la legislación ambiental peruana y generar una política de incentivos en el campo ambiental en “sensu” contrario por ejemplo al mal manejo del recurso hídrico en el norte peruano que agobia a la población humana. Ello requiere no descuidar la participan ciudadana para la resolución de conflictos de desarrollo (caso Tía María, Arequipa y Río Tinto, Piura) y esto incluye como eje la participación democrática.
Sin duda el comercio internacional, se convierte en un motor del cambio ambiental cada más importante, siendo su vínculo complejo, múltiple e importante. De suyo, la liberalización del mercado no necesariamente es mala para el ambiente, en la medida que los objetivos en materia ambiental y de comercio internacional sean complementarios y se apoyen mutuamente.
Así en el informe de la FUNDACIÓN HINRICH en que se evaluó la capacidad de 30 economías globales (mayormente las economías APEC) con más altos índices de sostenibilidad ambiental y el Índice de Comercio Sostenible, usando 72 indicadores económicos, sociales y ambientales.
Entre estas economías APEC más sostenibles en 2024 sobresalen en el top 5: Nueva Zelanda, Australia, Singapur, Japón, Corea del Sur. Chile aparece en el puesto 11, Vietnam en el 14, China en el 16 y México en el 17. Perú no aparece en los 20 primeros.
Referente al Índice de Comercio Sostenible, aparecen en el top 10 Nueva Zelanda, Australia, Singapur, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Canadá, Taiwan y Estados Unidos de América. Por cierto Perú no aparece.
No se discute que el pilar económico sirva para el crecimiento a través del comercio internacional, con clima estable de inversión, infraestructura, acceso a la inversión privada, educación y salud de calidad. Es decir que la economía crezca sin que sea a costa del bienestar de la población. Cosa que no sucede en Perú.
Ello requiere construir resiliencia económica, con la mejora de la resiliencia de la fuerza laboral con su bienestar social y con salud (una población sana es fundamental para la productividad económica y la estabilidad social), garantizando la protección ambiental, como lo hace Nueva Zelanda, Filipinas, Japón, México.
Para que Perú aproveche de la experiencias de estas economía APEC, debe promover sus prácticas comerciales transparentes y sostenibles desterrando “el pan para ahora y hambre para mañana”. Asimismo los políticos, los empresarios y la sociedad civil comprendan y caminen por lo complejo del comercio internacional, en un mundo que cambia rápidamente.