En Vivir su vida, de Jean-Luc Godard, éste cita a Montaigne: Hay que darse a sí mismo y hay que prestarse a los demás. Pero Godard es un romántico y sabemos que la tragedia romántica – o la felicidad romántica, está en darse y no solo en prestarse. La delgada línea real o imaginaria entre ambos estados me lleva directamente a Persona, de Ingmar Bergman.
Pienso no solo en la persona como máscara, en el yo como máscara, sino también en el cine como capas o máscaras (climas, tonos emocionales, atmósferas, giros, saltos, rupturas). La capa vanguardista de Persona se diluye rápidamente.
David Lynch evidenciará más tarde, en Inland Empire, imágenes de un proyector, en blanco y negro, al igual que Bergman en Persona. Para que no confundas la imagen de la vida con la vida. Pequeño problema: la vida es imagen. Como Bergman evoca al Buñuel de Un perro andaluz con sus imágenes iniciales que quieren ser frías, crueles y duras. Solo que ahora no sé qué puede chocarnos.
Las dos mujeres, la actriz enferma que está sana y que ya no quiere actuar o que quiere actuar de enferma o paciente que ya no quiere actuar, y la enfermera que quisiera ser como la enferma y que admira al arte y que quisiera curarla, se acercarán y se alejarán y en algún momento se fusionarán.
Persona conserva intacto el misterio de lo que realmente pasa entre ellas.
Ciclo: Pasiones desatadas – Cineclub Invisible – Centro Cultural de la Universidad de Ciencias y Humanidades, Av. Bolivia 537, Breña. Ingreso libre.
Martes 6 de setiembre, 7:15
Ese oscuro objeto del deseo, de Luis Buñuel (España y Francia, 1977, 102’)
Martes 13 de setiembre, 7:15
Persona, de Ingmar Bergman (Suecia, 1966, 85’)
Martes 20 de setiembre, 7:15
Posesión, de Andrzej Zulawski (Francia y Alemania Occidental, 1981, 127’)
Martes 27 de setiembre, 7:15
Luna de hiel, de Roman Polanski (Francia, Reino Unido, EE. UU., 1992, 99’)