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Penélope Cruz / PENE, PENITENCIA Y PENAL

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– ¿Estás herida?

– No, cosas de mujeres.

Volver. Almodóvar, Pedro

 

1.

“Que va a parir, que la niña va a parir”. Así gritó Genoveva, la abuela al ver la foto en la revista Hola donde Penélope mostraba de perfil la quilla de su embarazo y se refería a ese ‘parir’ público que vende y arrecha. Aquella mujer que trabajó con sus entrañas púbicas más que públicas, será madre por segunda vez. Y hace unos días Penélope se lucía por las calles de Madrid mostrando orgullosa su tripa de embarazada, con inminente octavo mes de gestación. ¿El padre? Javier Bardem, el grueso de yeso que cazó a Penélope y se casaron en secreto en 2010 tras tres años de noviazgo. Luego, nacería en Los Ángeles, Leo, el primer hijo de la pareja. Genoveva, la matrona, que sabe de la vida de Penélope, de la baba que genera en sus miles de admiradores, sabe más de la cosa de la actriz, de sus amantes, de sus amores perros, de sus galgos largos. Penélope es hembra de orgasmos masivos, orgasmos que los duchos dicen que tiran para asnos.

Penélope Cruz es al cine lo que el Omega 3 es a mi hígado. Una suave brisa cargada de emulsión y ácidos grasos polisaturados más un soneto de erotismo puro y unas gotas de desahuevina. ¡Qué hembra de vicariato prohibido! Y en aquel tiempo logró la más perfecta actuación de su carrera cuando fue premiada por su actuación en “Volver”, y yo tengo la versión en DVD en mi casa, que a su vez podría ser la mejor película de Pedro Almodóvar a la fecha y uno de los grandes acontecimientos cinematográficos de aquel 2006, que arrasó con los Premios del IXX Festival de Cine Europeo de Varsovia y, donde la cinta del manchego, recogió cuatro de los seis galardones a los que aspiraba, incluyendo el de mejor director y el de mejor actriz para la Cruz -que es mi cruz y cargo con ella hasta para el baño- y que debe ser medio pariente de la finada Celia Cruz porque cada vez que la veo, me meo, y solo atino a gritar: ¡Azúcar!

“Pedro, ¡te quiero tanto! Gracias por creer en mí. No solo estás cambiando mi carrera, sino muchas cosas en mi vida”. Así dicen que dijo la diva cuando agradeció el premio y luego agregaría que el director le da tanto que es como una droga. Y eso que Penélope tiene ya 38 años y ejerce el budismo con rabiosa devoción y desde el 2000, tras hacer la película ‘All the pretty horses’ se volvió vegetariana oral aunque es afecta a lo cárnico por otros hoyuelos. Y Cruz que casi tiene la vejez de la matrona pero siempre está como de menos. A más talento más pubertad.

2.

Desde que la observé en “Jamón Jamón” del recién muerto Bigas Luna, allá por 1992, entonces ella apenas tenía 18 años -nació un 28 de abril de 1974- donde acomete con una escena de sexo nalgal con el ‘ironmen’ Javier Bardem -esa escena los engrapó para siempre-, porque en la cinta ella es hija de una ramera y él, el heredero de un empresario. Entonces la cosa es normal o que fuese al revés, si uno es el otro y viceversa: ahí sería escándalo, la hija del rico con el chulo pobre. Y uno sospecha. Y cómo no sospechar con esos pechos que lucían erguidos a la cámara, que había más de seso que de sexo.

Bigas Luna fue su maestro, sin duda. Bardem su marido, sin ruda. Por ello Penélope le escribió una carta sentida al malogrado director. Uno solo escribe cuando ama: “A lo largo de mi carrera he tenido que hacer muchos castings, pero hubo uno que me cambió la vida. No sé muy bien qué hacía yo leyendo ‘Las edades de Lulú’ a los 14 años, pero el caso es que cuando llegó a mis oídos que habría un casting abierto, allí me presenté sin avisar a nadie. De un cuarto salió un señor con cara de pillo. Se llamaba Bigas Luna, y yo (a escondidas) ya había visto algunas de sus películas. Lo primero que Bigas me preguntó fue mi edad. Le dije que tenía 17 años y él, siempre con mucha dulzura y sin hacerme sentir mal, se rió en mi cara y me dijo: ‘Bueno, no podrás hacer esta película pero te llamaré para otra cuando seas más mayor’. Yo me fui a mi casa pensando que, por supuesto, nunca me llamaría. La gran sorpresa me la llevé casi 3 años más tarde. El teléfono sonó y recibí una llamada que me hizo creer en los milagros. Bigas se acordaba de mí y quería verme para su siguiente película. La película que me cambió la vida. Te quiero, amigo Bigas”. (Firma) Penélope Cruz.

Penélope es la única mujer que tiene nombre de una parte del hombre. La más importante. Y desde que se echó a la cama con la fama que le otorgó el videoclip “La fuerza del destino” del grupo Mecano, donde el músico Nacho Cano la hizo conocida y también su mujer por casi tres años según ella, que es maniática de las estadísticas como de su nombre, explico: ¡Ah Nacho, qué macho!, y digo que Penélope era consiente más que decente que sería una isla en el archipiélago de las novicias estrellas del cine casi como Ítaca. Entonces apostó que mientras esperaba la vuelta de su Odiseo, su trayectoria pública sería una odisea privada de sábanas y calzones remangados.

3.

Con “Belle Epoque” del gran Fernando Trueba -el mismísimo de “Calle 54”- ya olió a Oscar por mejor película extranjera. Luego construiría una trayectoria tras una veintena de films de toda calaña. Los finteros, los hueveros, los laxos, los filudos, los aconchabados. Yo que soy su Ulises del pobre, sé que su libro preferido es “El guardián en el centeno”, el de Salinger y que ama a Kafka luego que deja a un marido. “Con él puedo remplazar cualquier macho” ha dicho. Y sé que lee poesía y teatro ¿Ionesco o Beckett? Qué sus íntimos solo la llaman “Pe”. Que le gusta llevar ropa cómoda -esa desnudez disfrazada- que no fuma ni bebe alcohol. Que no porque ahora radica en Nueva York frente al depa del Woody Allen ese, que le encanta la Coca-Cola y le fascina la comida japonesa y los animales -tiene una gata llamada Aitana- como yo que tengo la mía que se llama Penélope Cruz, porque me ama y me araña.

Sigo, sus padres le pusieron el nombre en homenaje a la canción de Serrat: “Penélope, con su bolso de piel marrón, y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo. Penélope, se sienta en un banco en el andén y espera a que llegue el primer tren meneando el abanico…” Y pensar que ahora es una diosa como las de antes. Y no es chiripa. Penélope confiesa que da gracias cada día tanto por estar sana como por tener la posibilidad de llevar a cabo el trabajo que le gusta. Además, desde su otro departamento en West Hollywood, recalca que su felicidad no se basa en la fama o el dinero sino en la disciplina. Y qué cuándo descansa. Lo dijo, no lo soñé: “Cuando hago el amor luego de una ducha con jabón de sábila”. Vaya pendeja sin reja. Así, en Estados Unidos, la comparan con Sofía Loren, Greta Garbo o Ingrid Bergman. Para algunos, la cosa es excesiva; para este cronista que está enamorado, juro que juraré lo contrario.

Cuando en “Volver”, Penélope canta aflamencado el tango del Carlos Gardel y Alfredo Lepera “Volver”, uno agarra adrenalina con espermatozoides: “Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien…Sentir… que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en la sombras te busca y te nombra. Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo, que lloro otra vez…” Las malas lenguas, las del sexo oral, dicen que ella no es la que canta. Me llega. El doblez es mejor que el revés.

4.

El maestro Ricardo Bedoya, al comentar “Volver” dice: “Hacía tiempo que Almodóvar no filmaba una película tan llana y luminosa -aun en sus momentos sombríos, hacia el final-, tan lineal y de buen humor, tan nostálgica y entrañable, tan equilibrada y frontal en su composición. La cámara opta por la discreta invisibilidad salvo cuando se eleva para mostrar, en perfecto picado, la línea divisoria de los pechos de Penélope, ese paisaje admirable. En verdad, Penélope esta como nunca…”. No les dije, los penelopistas somos como los católicos, el pecado existe porque existe el perdón. Gracias Padre Gustavo Gutiérrez.

Cuando premiaron la cinta de Almodóvar él no quiso ser el único protagonista del encuentro. “Una de las razones por las que Penélope está más guapa que nunca en “Volver” es por el iluminador José Luis Alcaine. La belleza popular de Penélope en esta película se consiguió sobre todo gracias a la iluminación de Alcaine. Él se inventa una auténtica nube de luz que va siguiendo el rostro de la actriz”, dijo Almodóvar. Alcaine, que ha trabajado ya en cuatro películas con el director manchego, explicó: “En el cine se ha perdido ese tipo de fotografía que cuidaba de la actriz importante, la que se realizaba en los grandes estudios. Entonces sí se cuidaba realmente a las actrices. Greta Garbo llevaba su propio operador. Ahora se premian las luces de ambiente y de atmósfera pero se olvida a los actores. Me preocupa que los ojos de los actores brillen, que tengan vida, porque ellos hablan básicamente a través de sus ojos”.

Para crear a este personaje de una manera más realista, la esbelta Cruz utilizó”glúteos artificiales”– ¿Es necesario? Personalmente me agradan los chicos, portátiles, manuales– y aumentó de peso, algo que para ella no fue difícil “para nada”. (Almodóvar) quería que tuviera las caderas de una mujer que había parido a los 13 años. Y esa fue la razón”, explica. “Fue como encontrar los zapatos adecuados para el personaje. También engordé bastante, pero ya he perdido las libras. Ella es una leona con su hija, da su vida por protegerla”, observa Cruz. “La película es un homenaje a la familia, a las mujeres y la solidaridad entre las mujeres y les toca el corazón a los hombres. Es increíble… tantos hombres salen del cine diciéndome que han llorado y les ha afectado mucho la película a nivel muy positivo. Eso es lo que ha conseguido Pedro. Además, de gente de cualquier cultura, de cualquier nacionalidad, de cualquier edad. Esta película conecta con el corazón de la gente”.

Cola y concolón

A Penélope se le ha relacionado con muchos compañeros de reparto, tales como Matt Damon y Nicolás Cage, aunque su relación más duradera la compartió con Tom Cruise. A continuación tuvo una relación con Matthew McConaughey pero a principios de ese verano, afirmaron que la relación había finalizado. Luego se la relacionó con su nuevo compañero de película Adrien Brody “Manolete”. Cinta que fue cogida antes del estreno. Y Brody no se parece a Manolete. Es el mismo Manolete solo que no sabe torear. Pero yo creo que únicamente se trata de rumores. Y ella lo niega rotundamente, ¿será una nueva estrategia de marketing? ¿Estará esperando a llegar al estreno cogida de su mano? Yo digo, que por eso me reencarnaré en un toro Miura solo para degollar a Brody en la misma Plaza de Linares, cierto un toro no de lidia, de celos.

Y como dice el poema. Eres la dura pena, Penélope, que aborda mi corazón digital. Que en cada cinta siento calmar mi deliciosa ansiedad, que está despierta en mi corazón cada noche, que estás en mi cama arrullándome con calma sin el control remoto. Que siento tus dulces besos y todo tu amor high definition. Y quiero despertar cada mañana a tu lado, sentir el calor de tu cuerpo junto al mío, en nuestra cama del deseo, sobre tu regazo y poder apagar con cuidado mi blu-ray disc y “Volver”, esta noche a verte otra vez.

Fragmento del libro TU MALA CANALLADA. Editorial Lancom. Lima 2014.

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