Se sube al coche. Recientemente se supo que el ex presidente Alberto Fujimori había presentado, por intermedio de su abogado Elio Riera, un pedido al Congreso para que se le restituya su pensión por haber ejercido como presidente de la República. Pues bien, el también ex mandatario Pedro Castillo, destituido en diciembre de 2022 tras su intento fallido de golpe de Estado, presentó al Legislativo una solicitud para acceder a una pensión vitalicia de S/15,600.
Mediante una carta emitida el pasado 11 de abril, el Congreso notificó al profesor de Chota la improcedencia de su solicitud, lo que llevó a su defensa a apelar esa decisión. Castillo Terrones fue objeto de una acusación constitucional por presuntos delitos de organización criminal y tráfico de influencias, una denuncia presentada por la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides.
En la apelación presentada recientemente, el exgobernante sostiene que obtuvo el derecho a una pensión vitalicia justo después de su destitución, el 7 de diciembre de 2022. Argumenta que, dado que la acusación constitucional en su contra se aprobó más de dos meses tras su salida del poder, considera “arbitrario e ilegal” que se le niegue dicho acceso.
También destaca la desproporción de restringir esa pensión dado que, al estar privado de libertad, carece de ingresos para cubrir necesidades básicas y el sustento de sus hijos, actualmente asilados en México con la ex primera dama, Lilia Paredes. Castillo concluye que esta negativa del Congreso vulnera, además, su presunción de inocencia y otros derechos.
La apelación, firmada por el exministro Walter Ayala, ha sido criticada por el constitucionalista Alejandro Rospigliosi, quien la calificó sin fundamento legal o constitucional, e instó al Congreso a declararla improcedente.
El letrado destacó que los mismos argumentos podrían aplicarse a Fujimori, quien también busca una pensión vitalicia, además del pago de un asistente personal y vales de combustible, pese a que adeuda 57 millones de soles en reparación civil por diversas condenas relacionadas con actos de corrupción junto a su exasesor, Vladimiro Montesinos.
Los pedidos del excarcelado aún se encuentran en la Oficialía Mayor del Congreso, que deberá evaluarlos y decidir si proceden o no.