Ya no sirve para los intereses de Vladimir Cerrón. El silencio y las tribulaciones del presidente Pedro Castillo han terminado por desgastar hasta a su propio partido. De acuerdo al comunicado publicado en las redes sociales por el propio secretario general del partido del lápiz, las causales del “quebrantamiento” se deberían al alejamiento del mandatario a los ideales de Perú Libre.
“Las causales son de conocimiento público, como el promover el quebrantamiento de la unidad partidaria contemplado en el literal a) del artículo 38° del Estatuto, fractura de la bancada congresal, invitaciones a la disidencia en nuestra bancada y el Partido, además de promover la inscripción de dos partidos políticos paralelos dentro del seno partidario”, se lee en la misiva.
Luego de ello, se esperaba una respuesta contundente del presidente Castillo anunciando su inminente renuncia al partido que lo llevó a Palacio, sin embargo, como ya es de costumbre, su silencio es su marca registrada; solamente, ante la insistencia de los medios de prensa que lo esperaban afuera de la Catedral, el jefe de Estado se animó a responder “en las próximas horas responderé”, pero hasta la fecha no se ha emitido ni siquiera un tweet.
Pero ese “quebrantamiento” ya tiene tiempo entre Perú Libre y el presidente Castillo, pues distintos fueron los reclamos de Vladimir Cerrón al ver que Castillo colocaba gente no afín al partido en los ministerios.
Uno de esos casos fue la salida de Carlos Palacios a la cartera de Energía y Minas. “Estás rompiendo con el partido”, le reprochó Cerrón al mandatario, quien viene siendo acusado de haberse pasado a las filas del neoliberalismo.
Entonces, de confirmarse la renuncia de Castillo a Perú Libre, el panorama político del presidente resultaría algo más que oscuro, pues los 16 votos de la bancada del lápiz alcanzarían para llegar a los 87 requeridos para una vacancia presidencial.
Sin mayoría congresal, sin aprobación de la población, y sin el respaldo empresarial, lo único sensato para Pedro Castillo es romper su silencio y no estar mandando voceros como el actual ministro de Cultura, Alejandro Salas.