Escribe Domingo de Ramos Fotografía Marialejandra Rengiffo
Esta semana Patricia Temple presentó su nuevo libro titulado «Cimarrrona» en la casa Raúl Porras Barrenechea en Miraflores. En la mesa de presentación estuvieron Rosina Valcárcel, Domingo de Ramos y Max Castillo.
Cimarrona es el tercer libro de Patricia Temple con el cual da un gran paso en su carrera literaria editado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla – México, ya que sale del ámbito local y muestra su trabajo ante una de las tradiciones más competitivas y dinámicas del continente. Estamos ante su primer libro de narrativa; anteriormente publicó dos poemarios en nuestro medio. Desde el inicio, Patricia nos plantea a un narrador dialogante y comprometido, y para ello va relatándonos a modo de retratos a sus personajes femeninos que huyen de la esclavitud y que se ubican en un asentamiento humano que se le denomina palenques. Estos palenques no son como los que históricamente existieron, que tienen otro correlato, sino de territorios liberados como se puede decir hoy a espacios fuera de leyes hegemónicas que han y siguen alineando a los seres humanos.
Aquí la narradora toca temas actuales y de género donde la misma autora se involucra al inicio y al final del libro.
Es con este motivo que el libro de Patricia nos va contando las peripecias de estos personajes que lo pueblan y que vienen con sus cualidades innatas y su afán de libertad, que las impulsa salir de donde están originariamente ya que ese medio ambiente no era propicio para su crecimiento tanto material como espiritual; pero en este caso es más espiritual que material. Los palenques pues, simbólicamente representan estas luchas ancestrales de liberación que se asoman hasta nuestros días. Las mujeres que allí dialogan entre si son contemporáneas y tienen los mismos problemas de hoy contra una imperante sociedad machista dominante y que es causal de las huidas que emprenden rumbo a estos asentamientos de rebeldía y solidaridad; que constituyen una sociedad horizontal formando una especie de Edény que luego las mismas protagonistas difunden recorriendo el mundo, llevando en su voz y su arte sus principios.
Los personajes van tejiendo poco a poco su historia, relacionándose y entablando la horizontalidad como eje de sus experiencias. No hay jerarquías entre ellas. ¿Habría aquí un guiño al Matriarcado o a las leyendas de las fabulosas guerreras griegas amazonas que la autora nos estaría remitiendo? Todas ellas vienen con su propio bagaje de experiencia bajo el brazo, unas más dramáticas que las otras pero con el mismo fin, con la misma búsqueda de libertad y para ellas no hay vuelta al pasado (sino solo para espiarlo). En tanto sus temores e inseguridades, sus traumáticas experiencias, las vuelcana un auditorio ávido de escucharlas; realizando así una terapia para sanar sus heridas, sus laceraciones del cuerpo y del alma.
Aquí podemos ver algunos de los personajes como por ejemplo: Raquel que es judía y anduvo errante por muchos años con un pasado atormentándola constantemente hasta que llegó al palenque contando una historia muy semejante a lo sucedido en la segunda Guerra Mundial.
Luego llega Aroma árabe de nacimiento que huía de las guerras tribales y religiosas además del estigma que tienen las mujeres en esa cultura que como se sabe vienen de una sociedad patriarcal y medieval donde ellas son consideradas como propiedades o cosas o simples matronas u objetos sexuales.
También encontramos a María, lideresa política, anarquista por enseñanza de su familia italiana que ha emigrado a otro continente dejando atrás la miseria, la hambruna y la persecución de la que es objeto su clan, en su propio país de origen.
O Clara que es una distinguida académica e intelectual que se ve forzada a desplazarse al palenque por la mediocridad existente en su propio país ejercido por sus pares, donde se le desdeña por ser mujer y sobre todo por su integridad y su solvencia académica, que estos sectores no le perdonan.
Alicia de personalidad indomable e independiente que huye de la miseria familiar y social y que encuentra en los palenques lo que le negaban en el seno familiar y social: Quería y ansiaba con arrebato e ímpetu convertirse en una gran artista.
Y así sucesivamente vamos a encontrar heroínas que se desplazan forzadamente a nuevos horizontes para alcanzar sus sueños y metas muy caras para su propia realización espiritual y material como seres humanos. Para lo cual creemos que estamos en este mundo.
Finalmente reproduzco lo que dice Patricia como colofón en la contra tapa con lo cual finalizo mi intervención no sin antes agradecerle su gentil invitación para comentar su nuevo libro titulado Cimarrona.
“Caminarás un paso adelante, arrastrando la humanidad entera contigo. Estarán a tu favor a veces, y muchas veces en tu contra. Sólo queda seguir avanzando. Ya no hay marcha atrás.
Las cimarronas somos las esclavas libertas. Tomamos ahora este nombre nuevo porque vivimos en un estado diferente, sin ataduras. Somos seres libres y soñamos con el futuro que deseamos.
Hemos llegado de diferentes lugares, pero nuestra estirpe es común a este palenque. El palenque será tu reducto protector, te cobijará y enseñará el aprendizaje esencial para esta vida que ahora emprendes”.