La nueva ministra de Desarrollo e Inclusión Social Patricia Donayre es una persona que ha mostrado carácter y esboza personalidad, porque habla de frente. Su temperamento ha sabido capitalizarlo en su afán de proclamar su defensa ante los más vulnerados de su natal Loreto. Sin embargo, ¿qué tan creíble es su labor como funcionaria del Estado? si tomamos en cuenta que ya ha pasado por ocho organizaciones políticas con tal de obtener una curul y/o una gobernación regional.
Recordemos que ella fue vicepresidenta del Congreso a los 29 años, porque fue elegida parlamentaria por Loreto por el partido de Fernando Olivera, el Frente Independiente Moralizador (FIM). Lamentablemente, no pudo concluir su quinquenio como madre de la patria, porque aquel Congreso cerró sus puertas debido a la caída de Alberto Fujimori; no obstante, ella postuló inmediatamente a las elecciones parlamentarias del 2001, pero no alcanzó los votos para ser nuevamente congresista.
Al año siguiente, en 2002, postuló en las elecciones regionales para ser Presidenta Regional de la región Loreto por el partido Perú Posible de Alejandro Toledo, pero tampoco ganó la elección. No conforme con eso, intentó volver al parlamento en 2006 con la Alianza Electoral Frente de Centro, conformada en aquel entonces por la coalición: Acción popular, Somos Perú y Coordinadora Nacional de Independientes, y en aquella contienda, tampoco tuvo éxito.
Y en el quinquenio siguiente, en 2011, ella tampoco se durmió y nuevamente quiso ser congresista de la República; fue entonces que se puso la camiseta turquesa para bailar con el PPKuy que era una nueva aventura tecnócrata-política y postuló al Congreso con la incipiente agrupación de Pedro Pablo Kuczynski Alianza por el Gran Cambio, pero tampoco salió electa.
Finalmente, en 2016 Patricia Donayre lo consiguió y logró ser electa congresista por Loreto, nada menos que, con el Partido de Keiko Fujimori, Fuerza Popular, con una obtención de 26,543 votos. Aunque, ella argumenta que aceptó la invitación del partido fujimorista porque le prometieron una frontal lucha contra la corrupción. Sin embargo, al poco tiempo de su labor parlamentaria, se peleó con su compañero de bancada Miki Torres, que en ese momento era el Presidente de la Comisión de Constitución, porque se sintió marginada, ya que éste había relegado su proyecto de ley de Reforma Electoral porque ella también era parte de esa comisión, y luego de protagonizar una acalorada discusión en el hemiciclo, ella renunció a la bancada fujimorista el 06 de junio de 2017 y se quedó sin agrupación política. Pero desde el punto de vista de un político, qué importa eso… si finalmente seguía siendo congresista.
Y al poco tiempo, en el mes de septiembre encontró un cobijo político nada menos que en la Bancada oficialista del presidente PPK y pasó a formar parte del grupo parlamentario Peruanos por el Kambio. Pero los altercados no se dejaron esperar. Y esta vez, la riña fue con su compañero de bancada, el congresista Gilbert Violeta en la Comisión de Justicia, todo por culpa de una propuesta fujiaprista para que no se considere a los Partidos Políticos como organizaciones criminales, cosa que Donayre no aceptó, pero al mostrar su oposición contra aquel dictamen, Violeta contradijo la posición de su colega y dijo que no habría ninguna objeción en aceptar la propuesta del Fujiaprismo. Dicha postura fue comunicada por la parlamentaria a otros miembros de la bancada PPkausa, y fue en ese momento, luego del Pleno, que éste le falto el respeto con una frase soez, según denunció ella, y por eso pidió la sanción para Violeta. Pero como no obtuvo resonancia, ella decidió renunciar una vez más a una bancada, dentro de un mismo ciclo parlamentario.
En ese momento, la congresista Donayre desempeñó aproximadamente durante dos meses su labor como parlamentaria independiente, y luego conformó una bancada sui generis llamada Unidos por la República; pero la aventura le duró apenas tres meses, porque aquel grupo parlamentario quedó desactivado como bancada debido a la renuncia del congresista Miguel Castro. Por lo tanto, y de acuerdo al Reglamento del Congreso de la República, no se cumplía con el número mínimo de integrantes que debía tener una bancada. Y pasó a ser nuevamente una parlamentaria no agrupada. Lamentablemente para ella… más allá de su nueva aventura como independiente, su cargo de congresista le duró apenas cinco meses, porque el presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso el 30 de septiembre de 2019.
Así las cosas, la abogada Patricia Donayre no quedó por mucho tiempo desamparada por el Estado, porque luego de casi diez meses desde el cierre del Congreso, acaba de ser designada por el presidente Vizcarra: ministra de Desarrollo e Inclusión Social, en el nuevo Gabinete Cateriano, que aún está por recibir el voto de investidura.
Ahora bien, es importante tomar en cuenta el momento en que se designa a una nueva ministra de Desarrollo e Inclusión social; cuando en resumidas cuentas, dicha cartera en manos de la exministra Ariela Luna cayó en la nebulosa del antipragmatismo, porque no supo administrar debidamente las esperadas asistencias, y los proclamados subsidios para los más pobres y sobre todo para la clase media, que también es considerada un sector vulnerado en el estado de emergencia sanitaria. En ese sentido, la nueva ministra de Desarrollo e Inclusión Social, en recientes declaraciones ha afirmado que se ha comprometido a trabajar por el pueblo.
Hoy sabemos la tenacidad que Patricia Donayre ha sabido emplear durante su vida política, porque no desfalleció en su afán de pretender ser congresista, gobernadora regional, y en esta ocasión ministra de Estado. Ante ese precedente, la población nacional le pide que también emplee esa misma tenacidad en su actual trabajo de inclusión social; porque es el momento de demostrar si es que realmente está a la altura de su investidura… porque como dice el antiguo proverbio: “La mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”.