Política

Partido político “Contigo” desmiente al presidente Martín Vizcarra

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Por lo visto el escenario político en los próximos días se irá caldeando. El caso Richard Swing ha comenzado a generar enfrentamientos en las esferas del gobierno. Esta vez, por actos realizados en el Ministerio de Cultura; no obstante, dicha cartera al  parecer solo sería un chivo expiatorio que sirve como agencia de empleos para pagar favores de los amigos que están con el de arriba.

Solo hace unas horas el Partido Político Contigo antes (Peruanos Por el Kambio) ha lanzado un comunicado de prensa que deja mal parado al presidente Martin Vizcarra, porque de manera enfática niegan las ultimas aseveraciones del mandatario cuando admitió que apenas conocía a Richard Cisneros (Richard Swing) porque lo había visto durante la campaña del partido de PPK en 2016.

Aquí citamos textualmente su respuesta ante la interrogante de un medio que le preguntó sobre aquel coach sapiencial motivacional: “Conozco a Richard Swing como a muchas personas que participaron en la campaña electoral del proceso del 2016. Vi unos comentarios en donde decían que él era alguien de Moquegua, cercano al presidente. Como muchas personas que participaron en esa campaña, él colaboraba en ella. Esa relación ha permitido que él tenga participación en el algún nivel de Gobierno”.

No obstante, el partido Contigo (antes Peruanos Por el Kambio) niega tajantemente que ese personaje haya tenido algún vínculo con ellos, y más bien afirman que sí lo tenía y de manera cercana con el Jefe de Campaña de aquel entonces, nada menos que Martín Vizcarra y que encima era el responsable directo de las invitaciones al tal Swing. Asimismo, ratifican que el señor Richard Cisneros (Richard Swing) durante el mandato del presidente PPK no tuvo ningún vínculo administrativo con su gobierno.

Aquí el hilo conductor que apenas se convierte en la punta del iceberg

Todo empezó desde que se inició el confinamiento social en la quincena de marzo, y cuando el gobierno anunció que otorgaría bonos a diferentes sectores de la población, el ministerio de Cultura prometió lo mismo. El hecho es que hasta el momento no brinda ningún bono a la población vulnerable conformada por artistas, gestores culturales y arqueólogos; no obstante, no solo la ministra Sonia Guillén prometió aquel subsidio hace casi dos meses, sino, que en el colmo de su inoperatividad y falta de empatía con la gente ligada a cultura: la Contraloría a través de OCI emitió un informe oficial que identificó que el listado confeccionado por el Ministerio de Cultura para el bono a los artistas carecía de veracidad.     

¿Y luego qué pasó? Es ahí donde apareció el nombre de Richard Swing como el de un coach motivacional que cobró 175 mil soles porque brindó sus servicios al ministerio de Cultura desde abril de 2018, hasta abril de este año durante la cuarentena.

¿Qué es lo raro de este servicio, además de ser impertinente durante la emergencia sanitaria? Lo raro es que ese señor no cumple con los rigores académicos sustentatorios y con las habilidades fácticas asociadas a la experiencia. Entonces ¿por qué lo contrataron? Felizmente mañana miércoles, la ministra Sonia Guillén y su equipo cercano acudirán a la Comisión de Cultura del Congreso (por iniciativa y citación directa del propio Parlamento) y tendrán que responder por qué contrataron a ese señor que funge de coach sapiencial motivacional, así como explicar por otras ordenes de servicio que se han efectuado en plena cuarentena y que ascienden hasta medio millón de soles.

Así están las cosas; este tema va más allá de las presuntas contrataciones irregulares que se han venido realizando en el ministerio de Cultura, porque en este caso ya se trataría de influencias que salen desde Palacio de Gobierno. En ese sentido, es exigible que el presidente Martín Vizcarra salga de inmediato y dé una explicación al país del porqué de su respuesta ambigua cuando se refirió a Richard Swing, y además deberá deslindar las aseveraciones del Partido Político Podemos que han replicado de forma contundente sus versiones como mandatario con respecto a este controvertido personaje.

Ahora cabe preguntar ¿Richard Swing es amigo del presidente Vizcarra, tal como él se ufana ante la gente cuando dice que también es moqueguano? Eso definitivamente tendrá que responderlo el propio presidente de la República.

Simplemente hay que estar atentos. Y esperamos que esta vez no suceda lo del último domingo 24 de mayo: que ningún programa periodístico del prime time abordó la problemática del ministerio de Cultura y sus contrataciones con el señor Swing. ¿Por qué será? Solo esperamos que la prensa mediática esta vez sí investigue todo aquello que viene saliendo sobre el gobierno, porque hasta el momento existe un evidente mutismo que solo los deja más desprestigiados de lo que están.

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