Odiada por feministas y progresistas, el canal de Youtube Fortunata y Jacinta, es uno de los que más incomodan a los artistas sistémicos. Si la filosofía es un arma, en manos de Paloma, es la misma espada de Atila.
En un canal de Youtube de cuyo nombre sí quiero acordarme, cada semana nos habla una mujer lanza en ristre de ideas bien categorizadas, que con su sola razón desenmascara supuestas turbinas eólicas que esconden intereses de gigantes del capital internacional, los cuales manipulan la cultura, la identidad, la política y la sana convivencia dentro de las naciones. Esta adalid, odiada por feministas, rechazada por los círculos del arte sistémico y anatemizada por cuánto operador del globalismo existe, es Paloma Hernández. Su cabalgadura es la de la razón, en esta época de la dictadura de los sentimientos, alguien que piensa con rigor puede ser tomado por loco, así de chuecos están los años que vivimos. Pero vive Dios que hay una mujer que saca la cara por este siglo.
Paloma se dedicó durante veinticinco años profesionalmente a las artes plásticas, un gremio atravesado por el sistema de ideologías hegemónicas tanto en España como en el resto de Hispanoamérica, esto es un cúmulo de ideas, mitos y creencias que constituyen lo que entendemos como Izquierda.
Sin embargo, un día de 2017 Paloma dejó la pintura para abrirse un canal de Youtube, el cual se ha vuelto en referencia en el mundo de habla hispana sobre temas como el mito de la memoria histórica, la historia de España, una crítica al arte contemporáneo en tanto expresión de un pensamiento unidimensional, y por supuesto su lucha acérrima con uñas y dientes por desmontar toda la retórica hegemónica del feminismo y el progresismo en boga.
Desde su canal en Youtube de Fortunata y Jacinta, emprende con espíritu de un Quijote femenino, su propia cruzada en la defensa razonada de su país acuciado por el separatismo, la hispanofobia y una invasión de migrantes musulmanes no adaptados ni adaptables. La suya, es la lucha de la razón misma frente a los mitos oscurantistas de nuestra época como son el feminismo, la izquierda y la idea de progreso. Como ella misma ha mencionado, «seguiré plantando barricadas en YouTube para defender a todos los españoles: los que fueron, los que somos y los que serán».
A partir de la filosofía, Paloma viene desmontando los relatos míticos que se nos venden como verdades políticas. Su corriente de pensamiento es el materialismo filosófico de Gustavo Bueno, y a través de ésta tritura sin piedad las afirmaciones vagas de políticos, politólogos, periodistas e historiadores, y así revela lo que se esconde detrás del discurso sea liberal o socialista: el mito.
Su canal de Youtube es uno de los canales mejor documentados, con una especial dedicación a una argumentación seria y comprensible, apuesta por una profundidad entre académica y práctica. La solidez de su pensamiento solo es comparable con lo etéreo de las corrientes de pensamiento que interviene para analizar como quien hace una autopsia forense. Lo que revela, a modo de una detective del pensamiento, es que estamos rodeados de pensamientos parásitos, ideas confusas sin asidero en la realidad, es decir las afirmaciones con que se vienen construyendo el mundo globalizado son todas metafísica, y metafísica de la mala. Un idealismo sin base real es la dictadura que nos envuelve, en especial el caso de las feministas antirracistas y decoloniales que se han hecho con la hegemonía del feminismo al desplazar a las feministas ilustradas y a las feministas marxistas.
Su ataque al feminismo en boga, es una lucha a muerte con unos mitos que vienen construyendo la dictadura de los sentimientos, por la cual la razón en Europa viene siendo desplazada del debate, y lo que tenemos es solo una serie de tópicos buenistas pero malintencionados. Contra esto Paloma se ha levantado en guerra santa contra las feministas, no por ánimo de dar la contra sino porque el primer enemigo de la mujer en el primer mundo son precisamente ahora las feministas. Feministas que defienden con su silencio los casos de violencia de género realizado por musulmanes en España, o de un feminismo que no tiene critica alguna a la prohibición de que las mujeres vayan a la escuela en el Afganistán de los talibanes. Es decir, el ataque de Paloma va a ese feminismo que como a la izquierda ha sido desbordada, y que se muestra como un pensamiento líquido sin ningún fundamento ni coherencia, y sin intención tampoco de tenerla. De ahí el uso de la filosofía como arma de destrucción masiva.
En uno de sus últimos videos subidos a su canal titulado «¿Por qué no funcionan las políticas feministas?», analiza con ojo de ingeniero los constructos ideológicos con que se ha ido construyendo la idea de mujer y feminismo, como sucedáneos teológicos de ideas cristianas pre existentes. Así el feminismo moderno apela desde su espíritu progresista por un feminismo final en que se llegará a una igualdad plena entre hombres y mujeres, pero entretanto se impulsa un feminismo administrado que requiere mucho dinero público para aplicar unas políticas que en la realidad no tienen resultado. Por otro lado, dichas políticas feministas que fracasan en la realidad, tienen por fin el ser instrumento de un poder mayor, por el cual a través del dedo oracular feminista se puede solo con acusar de machista o de ultraderechista a alguien, se puede en efecto censurar todo asomo de oposición a los dictámenes disolventes de un poder en apariencia omnímodo.
Según explica Paloma, las mujeres no existen en tanto grupo universal separados en dialéctica con el grupo opresor de los hombres, sino que las mujeres no son un monolítico metafísico como se nos relata desde el feminismo, sino que en la realidad las mujeres están repartidas en naciones, clases sociales, religiones, etnias y un largo etcétera. Con esta afirmación realista, Paloma da en el clavo respecto a la falacia de lo que llamamos feminismo. El mito feminista sin embargo existe hoy en tanto un feminismo administrado el cual consume recursos, deforma las leyes a conveniencia y es en último caso un arma política. Felizmente cada año, más mujeres aparecen en las redes criticando la impostura del feminismo. El caso de Paloma es especial pues es la que con mayor rigor metodológico nos descubre las mentiras con que nos cuentan el mundo. Su canal, aunque claro y comprensible también es exigente, no es un discurso facilista de resumen breve, son más bien una clase magistral, uno la escucha y después de media hora sale con las ideas más claras. Y, por cierto, tiene un humor que se ríe de ella misma, se confronta y hace ver que la ironía bien puede bailar un paso doble con la filosofía. Humor que por cierto no lo tiene ninguna feminista.
Paloma Hernández es licenciada en Bellas Artes y Máster en Estudios Avanzados de Filosofía por la Universidad de Salamanca, así como investigadora asociada de la Fundación Gustavo Bueno. Guioniza, dirige y presenta el canal de filosofía en YouTube conocido como «Fortunata y Jacinta»