Por los pasillos de Palacio de Gobierno se respira un aire tenso, todos se observan de reojo, huelen a traición y el enemigo puede estar en cualquier parte. Luego de las declaraciones del exministro Mariano González, ha quedado claro que la intención desde un primer momento fue dinamitar la gestión del presidente Pedro Castillo. Para esto se introdujo un topo al más íntimo círculo de poder. Tras varias insistencias y promesas falsas, González logró que se le designe como ministro del Interior. Fueron 15 días claves en los cuales intentó dar la estocada final a un gobierno golpeado por las innumerables investigaciones a personajes que estuvieron en el entorno presidencial.
El ingreso de González tomó por sorpresa a los asesores y personal de confianza del presidente Castillo que se encarga de hacer los filtros respectivos para desenmascarar a los oponentes. Un error que sirvió casualmente para detectar la presencia de otros operadores que se instalaron estratégicamente en Palacio de Gobierno.
En la entrevista que le realizó anoche Beto Ortiz al exministro González se ha confirmado que existe un grupo caviar detrás de este operativo fallido, que tuvo como primera intención tumbar al Premier Aníbal Torres. Por fuentes palaciegas se sabe que el que viene siendo promovido para ocupar la oficina de Aníbal Torres en la PCM, es el actual ministro Roberto Sánchez.
En la entrevista en Beto a Saber, se menciona a dos personajes claves que, al parecer, han estado siguiendo una línea política con intereses de un pequeño grupo. Estos dos personajes serían Luis Mendieta Garivondo, que ocupa el cargo de Jefe de Gabinete Técnico de la Presidencia de la República, un hombre de izquierda que terminó en las filas de Ollanta Humala y que ahora saltó con una gran garrocha al gobierno de Castillo Terrones. La segunda persona habría sido Randa Mussallam, quien fue la primera secretaria de prensa del Despacho Presidencial durante el gobierno de Ollanta Humala, y que a pesar de tener un contrato con dinero del Fondo de Apoyo Gerencia (FAG) en la PCM con un sueldo de 15,600 soles, su estadía permanente en Palacio de Gobierno fue a pedido de Mendieta Garivondo. Es decir, Randa Mussallam nunca ocupó un cargo oficial en la Casa de Pizarro, pero a pesar de eso siempre acompañó a Mendieta en sus reuniones. Un hecho irregular que ya viene siendo investigado. Anoche, el ministro Mariano González confesó que Randa no solo es su amiga, sino que también estuvo invitada a su matrimonio, un lazo de confianza que ha sido cosechado con los años. Entonces, una pregunta pertinente es ¿qué papel realmente jugaba Randa Mussallam en Palacio de Gobierno?
Para responder a esto, tal vez sirva de ayuda las conversaciones del grupo de WhatsApp al que ha tenido acceso Lima Gris. Se trata del grupo de WhatsApp titulado “DIRCOMs 2022”, que está integrado por todos los directores de comunicación de los 18 ministerios, incluido la Presidencia de Consejo de Ministros. Lo que llama la atención son los mensajes reenviados por Randa Mussallam, quien aparece con el nombre de ‘Randita’. El primer mensaje se trata del caso de los ronderos en Cajamarca, donde la Policía Nacional del Perú informa que los efectivos de la comisaría de Paccha-Cajamarca viene resguardando a cuatro periodistas de América Televisión.
El segundo mensaje reenviado por Randa es una entrevista que le hacen al ministro Mariano González en América Televisión. Esta información debería ser replicada por la directora de comunicaciones del Ministerio del Interior, pero parece que la entusiasta Randa Mussallam pisó el acelerador para mover información de la cartera del exministro Mariano González. Los mensajes de Randa no pasaron desapercibidos en el grupo de WhatsApp de DIRCOMs, esto llamó mucho la atención y comenzó a despertar sospechas de otros intereses.
Ante la opinión pública, los intereses del autodenominado “Caballo de Troya”, Mariano González ha quedado claro. Además, se ha ido identificando a otros personajes que serían parte del ejército troyano que intenta tomar por asalto el poder en Palacio de Gobierno. Curiosamente, por un lado, Francisco Sagasti propone adelanto de elecciones mientras sueña con volver a ponerse la banda presidencial. Pero en el tablero de ajedrez, se intenta atacar con distintos alfiles y peones. Por un lado, los caviares quieren empoderar a Dina Boluarte y por el otro, han comenzado a soltar petardos en el Congreso de la República, buscando una tercera vacancia. Primero, todos estos personajes camuflados en distintas tiendas políticas votaron en contra de las dos primeras vacancias contra Pedro Castillo. Ahora para sorpresa de algunos, han comenzado una campaña desde el Congreso que se parece mucho a la que se hizo contra Manuel Merino.
Lo que queda claro es que nuevamente los caviares van por el poder, sin importarles la democracia y la patria, palabras que pregonan inflando el pecho frente a una cámara. No nos sorprendamos que en la nueva marcha que se viene convocando, se intente utilizar la sangre de jóvenes inocentes para llegar al poder.
“No una, sino muchas muertes”, del escritor Enrique Congrais, tiene a personajes como Maruja, pero el ambiente donde se desarrolla, es el mismo donde ocurren las batallas políticas de nuestro país, muy cerca al río Rímac.