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Otro 5 de abril lleno de violencia y descontrol

Presidente Castillo cae en alucinaciones y rumores, provocando que ordene medidas disparatadas.

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Lima ayer amaneció desconcertada, sin un rumbo fijo y sin una señal clara de que las cosas podrían mejorar. Ayer, sin ninguna duda, puede ser el peor día en la gestión del presidente Pedro Castillo, quien ya ve espejismos dentro de Palacio de Gobierno.

Como producto de sus erráticas decisiones los que más lo sufren son todos los peruanos, que no saben si el día de mañana o pasado se podrá salir a trabajar ya que los caprichos del mandatario no otorgan seguridad a toda una nación. No existe un norte que permita darnos confianza de que habrá estabilidad política y económica, por el contrario, la poca muñeca del jefe de Estado está convirtiendo que este país se vaya convirtiendo lenta y dolorosamente en una república bananera.

El panorama desde primeras horas de la mañana era desolador. Miles de peruanos que no llegaron a escuchar el mensaje trasnochado del presidente salieron, como todos los días, a trabajar muy temprano, topándose con que los buses no estaban transitando, que las bodegas y mercados también habían cerrado sus puertas, y que los militares estaban patrullando las calles vacías de la capital.

Las tribulaciones del presidente Castillo le van costado millones de soles a todos los peruanos, que tras la pandemia, no tienen más alternativa que salir a trabajar de lunes a lunes, y que cada día de descanso significa que los intereses con los bancos sigan aumentando. La gente se encuentra hasta el cuello de deudas. Y ni qué decir de las personas que consiguen sus alimentos de sol a sol.

Los principales emporios comerciales y tiendas por departamento amanecieron con las puertas cerradas. Solamente en Gamarra los microempresarios han manifestado que por un día perdido de campaña han llegado a perder aproximadamente 20 millones de soles.

Vandalismo y repudio contra Castillo

Ya en el transcurso del día se estaba convocando para una marcha que tendría como punto álgido la Plaza San Martín, teniendo como objetivo llegar hasta el Congreso y Palacio de Gobierno. Cerca de las 5 de la tarde la marcha ya congregaba miles de manifestantes que habían llegado desde distintos puntos de la capital. Miles, vistiendo la camiseta peruana o llevando pancartas en rechazo al presidente Castillo, gritaban a viva voz la renuncia del profesor chotano.

Ya en la avenida Abancay, la situación se fue tornando violenta y ésta se fue desbordando debido a personajes infiltrados de la extrema derecha como el grupo radical “La Resistencia”, y vándalos que aprovecharon el desorden generalizado para cometer actos delictivos. Ante ello, la Policía Nacional tuvo que replegarse y luego repeler a los revoltosos que solamente querían dañar la propiedad pública y privada. Hay que ser claros en eso, habían dos grupos plenamente diferenciables: los que verdaderamente fueron a protestar pacíficamente, y los que se valieron del descontrol para azuzar y destruir todo a su paso.

En simultáneo el mandatario se encontraba dentro del Congreso conversando con la mesa directiva del Parlamento, tratando de dar explicaciones de sus recientes decisiones, como el toque de queda decretado. Viendo que afuera la ciudad era un hervidero casi como medida desesperada el presidente Castillo anunció que quedaba suspendida dicha disposición, pero solo lo hizo verbalmente. Nunca salió en el diario El Peruano la norma que derogaba esa orden.

Presidente Castillo se disculpa y procede a retirarse del Congreso para supuestamente ir a firmar la derogatoria del toque de queda. Foto: Congreso Tv.

Afuera del Parlamento la Policía tuvo que contener a los revoltosos y dispersarlos lentamente. Los vándalos aprovecharon ese desconcierto y violentaron la sede del Ministerio Público en la avenida Abancay; haciendo lo mismo con el edificio del Poder Judicial, logrando llevarse ventiladores, sillas y computadoras. Ya casi a las 9 de la noche, cuando la mayoría de los verdaderos manifestantes se habían retirado a sus domicilios, se reportaron dos saqueos en las conocidas tiendas Tambo.

Revoltosos aprovecharon para cometer actos vandálicos. Dos tiendas Tambo fueron saqueadas. Foto: Perú21.

Finalmente, Pasada las 10 p. m., el Ministerio del Interior detalló que alrededor de 25 agentes de Unidad de Servicios Especiales resultaron con contusiones leves.

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