El cuento de las 1,000 palabras, que organiza anualmente la revista Caretas, se encuentra una vez más empañado no solo por la demora en la entrega de resultados (se ofreció en diciembre del año pasado y ha fallado en marzo de este año), sino también por la forma en que se ha informado sobre el fallo del cuento en que recayó el premio. El escritor Oswaldo Reynoso, miembro del jurado, habla fuerte y descalifica completamente este concurso.
Dice la nota de “Caretas”
Calificado por el jurado como “una reivindicación de lo andino en la literatura peruana”, esta vez el relato ganador de El Cuento de las 1,000 Palabras recayó en manos de Fernando Salinas Velarde (…) por su relato “La Sed”.
El comentario de Santiago Roncagliolo llegó por mail desde Barcelona, y resultó decisivo a la hora de elegir al ganador: “A menudo las tradiciones andinas pecan por ser demasiado didácticas o, al contrario, muy oscuras. Esta, en cambio, funciona como un reloj. Se lee como un clásico de la narrativa fantástica”. El maestro Oswaldo Reynoso dio la venia definitiva, y el relato “La sed”, presentado por Fernando Salinas, bajo el seudónimo de “Katari”, resultó vencedor.
El escritor Oswaldo Reynoso. (Foto: El Peruano)
Al respecto, el maestro Oswaldo Reynoso ha escrito:
«Me convocaron para que formara parte del Jurado del Concurso El Cuento de las Mil Palabras de la revista Caretas. Acepté porque quería que este concurso volviera a retomar la línea que marcó el primer cuento premiado del primer concurso. Me refiero al cuento ya clásico de Edgardo Rivera Martínez (“El ángel de Ocongate”). Caretas es la única entidad que no paga nada a los miembros del jurado. Sólo acepté dos bolas de helado de pístacho y coco. Yo, desde el primer momento, propuse el cuento que ha ganado el primer premio. Las propuestas de (Santiago) Roncagliolo fueron disparatadas. Por ejemplo, el final de un cuento propuesto por este mal escritor mediático termina en forma demasiado, demasiado, no sé qué calificativo darle. El remate del relato era de un viejo que se corre la paja frente al televisor. En el intercambio de opiniones entre los tres miembros radicados en Lima, yo, con sólidos argumentos, defendí mis criterios estéticos y la línea que siempre defiendo de una literatura peruana profunda para llegar a lo universal y no a lo cosmopolita globalizado por los centros de poder transnacionales. La reseña que aparece en Caretas da a entender que Roncagliolo propuso ese cuento y, además, entre comillas, transcriben su opinión que, no seguramente, sino de verdad, escribió frente a los hechos consumados. Además, agrega que el maestro Reynoso le dio la venia. ¡Qué venia! Caretas y toda su comparsa de figurones se van a la misma mierda. Sí, a la misma mierda. Dentro de algunos días cumplo 83 años y toda mi vida ha sido un batallar constante contra ese lumpen de intelectualoides que hacen tanto daño a la auténtica y dolorosa realidad del Perú. Hoy más que nunca compruebo que el Perú para mí es una herida que llevaré sangrante y abierta hasta el último día de mi vida. Gracias por leer este mensaje. Si deseas puedes hacerlo circular en las redes para que los escritores de verdad se enteren de tales manipuleos».