Óscar Ugarte, el ministro de la muerte

El ministro de Salud Óscar Ugarte Ubilluz, es un médico de tendencia izquierdista que tiene 77 años de edad y que ha sabido mantenerse arropado por el Estado desde que fue Viceministro de Salud en 2002 durante el mandato de Alejandro Toledo, y luego supo encallar como ministro de Salud en el segundo gobierno aprista, hasta julio de 2011. 

Es decir, todo un “profesional” de la gestión pública, porque supo acomodarse en otras jefaturas estatales, como presidente de SISOL (Sistema Metropolitano de la Solidaridad), Jefe del hoy desactivado IGSS (Instituto de gestión de Servicios de Salud), una entidad adscrita al Minsa y que en la práctica no generaba resultados, más allá de mantener salarios elevados.

El doctor Ugarte fiel a su estilo propolítico, también postuló el 26 de enero de 2020 al Congreso Extraordinario por la agrupación de izquierda Juntos por el Perú; sin embargo, no pasaron la valla electoral y por ende no consiguió una sola curul.

Luego vino la pandemia y mientras Martín Vizcarra instauró la cuarentena absoluta, al cabo de unos meses, quien se puso al mando del Minsa y se erigió como el primer doctor muerte, fue el ministro Víctor Zamora que con su gestión significó el incremento de más muertos y de extrañas compras de pruebas inservibles denominadas “rápidas”, hasta que llegó la segunda doctora muerte, la señora Pilar Mazzetti.

En aquel momento, el doctor Ugarte se presentaba en todos los medios y era todo un experto en la materia y, además, solía decir que él podía hacer mucho por la salud de la gente, porque eso era un derecho fundamental de las personas; y que, para mejorar el sistema de salud, además de gestión, se requería mayor financiamiento.

También afirmó que se requería decisión política, porque había dinero suficiente en el tesoro público, pero que como país invertíamos muy poco en el sector. Es decir, todo un gurú de la salud. Ugarte, criticaba la falta de gestión e inoperatividad de instituciones como el Minsa, y evidentemente, no podía criticar a EsSalud, porque en ese momento él también era Gerente Central de Operaciones de esa institución, pero la auto-propaganda que se hizo finalmente, dio sus frutos porque al poco tiempo, en el mes de abril fue llamado por Pilar Mazzetti para conformar el fallido y anunciado Comando de Operaciones Covid-19. Los resultados, hoy todos lo sabemos: desastre total.

Sin embargo, luego de la vacancia de Vizcarra, el “doctor muerte”, también empezó a criticar las gestiones del ministerio de Salud durante el corto régimen de Manuel Merino, hasta que decidió guardar silencio en la nueva gestión de Pilar Mazzetti como ministra de Salud, durante la encargatura de Francisco Sagasti; no obstante, luego de la acertada salida de la neuróloga de la cartera, por haberse vacunado irregularmente, Óscar Ugarte desde el 13 de febrero de este año volvió a ser ministro de Salud y desde ahí, ha consolidado su verdadera capacidad para ser incapaz, lambiscón e indolente, porque si la gestión genocida de Martín Vizcarra envió a la muerte a miles de peruanos; la encargatura de Francisco Sagasti no solo es la reedición del moqueguano, sino, la versión más perversa de este genocidio que sin duda se viene ejerciendo con alevosía e indolencia, como si fuera una consigna macabra que ordenara deshacerse de más compatriotas.

Óscar Ugarte se ha convertido en el ministro de la muerte porque se ha quedado congelado en su investidura que no soluciona nada, porque los nosocomios siguen colapsados y sin más camas UCI, y las plantas de oxigeno prometidas, hasta hoy brillan por su ausencia, así como pasó con las 47 plantas de oxigeno encargadas a la UNI y que nunca se culminaron a vista y paciencia de este ministro que tampoco da explicaciones, porque apenas dijo: “Hemos reincidido el contrato con la UNI porque no cumplieron”, ¿y qué alternativa ha planteado desde su sector para enmendar tremenda omisión?

Evidentemente ninguna, y a pesar de todo, se encuentran impávidos y a pesar que el Gobierno Regional de Piura ha considerado como persona no grata a Francisco Sagasti, Óscar Ugarte, ha salido a defenderlo y ha negado el número real de vacunas que el ultimo lunes se comprometieron a llevar hasta Piura.

Asimismo, según las cifras del Sinadef (Sistema Nacional de Defunciones) los decesos diarios por Covid, han llegado a superar la espantosa cifra de 1000 personas al día, desde el mes de marzo; sin embargo, el Minsa solo anuncia que han superado los 400 muertos. 

Así las cosas, ya hemos superado los 160 mil fallecidos por coronavirus y una vez más el Minsa, brilla por su ausencia y ratifica su incapacidad de abandonar a los pacientes nacionales y siguen jugueteando con la llegada de insuficientes vacunas, que indudablemente mantendrán a millones de personas sin la posibilidad de inmunizarse para salvar sus vidas.  

Sin duda, todos los peruanos esperamos que la impunidad no reine ante las genocidas gestiones de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti y con la asunción del nuevo gobierno se forme con carácter de urgencia una Comisión de la Verdad que llegue hasta el fondo de este asunto y dé con todos los responsables (entre ellos, los ministros y viceministros de Salud, y directivos de EsSalud) de esta maniobra criminal que ha abandonado a la población a su suerte y los dejó morir alevosamente sin mayor tregua.