Merece un aplauso siempre que alguna marca importante lanza una campaña creativamente atrevida al mercado, que no es tan común como puede pensarse.
Lo que causa asombro de la última campaña de Burger King, no es lo bien que ha sido recibida, sino que haya sido necesaria el apoyo de tres agencias publicitarias para realizarla (INGO, David Miami y Publicis), porque no es que hayan descubierto el oro, lo que han hecho es sacar del baúl de los recuerdos algo que hace diez años estuvo de moda entre algunos fotógrafos: realizar vídeos con fotos de todo el proceso de descomposición de frutas, verduras y platos exquisitos de comida, con una iluminación perfecta y unos colores intensos, dignos de la mejor publicidad; así que, tanto mérito tampoco hay que darles.
El mérito se lo damos a Burger King, que se atrevió a hacer una campaña con una estética no convencional para demostrar que sus productos son totalmente orgánicos y no tienen preservantes, cerrando las bocas de sus competidores y detractores.
Todos recordamos el incidente de Domino’s Pizza hace algunos años, cuando un cliente encontró una cucaracha en su pizza. El escándalo fue tan grande que cerraron sucursales en todo el Perú, aunque ya han vuelto a abrir hace algunos meses.
Así, de forma divertida y muy osada, se me ocurre una campaña con un slogan del tipo: “Ni las cucarachas se resisten a una Domino´s” y en la imagen una cucaracha, vestida con ropa humana, sentada en una mesa, acomodándose una servilleta frente a una pizza humeante; hubiera sido hitazo, probablemente pagarían alguna indemnización y aguantado procesos legales, pero hubiera permanecido abierta, y a nadie se le olvidaría: ni el incidente, ni la publicidad.
El año pasado, todo el Perú se conmocionó porque desde Estados Unidos nos enteramos que la leche que tomamos desde niños, es decir, leche Gloria, no es leche. Y lejos de manejar el asunto de forma transparente con una publicidad que convenciera a todos de que nos venden leche de calidad, lanzaron una campaña pedorra donde nos contaban que cinco vacas llamadas Jacinta, Clarita, Aurora, Carmen y Rosita, eran las únicas y verdaderas proveedoras de leche Gloria.
Como era previsible, nadie se creyó el cuento y las ventas bajaron. Yo hubiera lanzado una campaña de convocatoria a gente de todo el Perú, para que visiten las instalaciones de la fábrica, en una muestra de honestidad y transparencia hacia a sus consumidores, a quienes desde 1942, se las estaban metiendo.
Si te preguntas por qué no hicieron eso, la respuesta es fácil, no podían ser transparentes porque la leche que nos venden no es leche de verdad.
Considero que el ejemplo de Burger King debe ser replicado por otras marcas, que se atrevan, que dejen la clásica fórmula de siempre y busquen impresionar a sus consumidores con creatividad, que salgan de su zona de confort de una vez por todas, se van a impresionar de los resultados, y los creativos de la publicidad se van a sentir realizados.