Escribe: Edwin Cavello Limas
Martín Vizcarra
es un ingeniero civil que llegó a ser presidente del Perú a causa de la
renuncia de PPK, es decir, nadie lo eligió. Desde el 23 de marzo de 2018 que
asumió la presidencia, el país entró en lo que se conoce como “piloto
automático”. Desde el inicio hubo baja expectativa para la administración
Vizcarra. Y esto se reflejó en la encuesta que Datum realizó el 05 de julio del
2018, donde el 55% de la población señaló que el
presidente Martín Vizcarra tendrá al país en “piloto automático hasta el 2021”.
Otro dato importante de esa encuesta es que el 63% de encuestados consideró que
los ministros trabajan cada uno por su cuenta. Vizcarra está a dos semanas de
cumplir dos años en el gobierno y se ha convertido en un presidente que no nos
representa.
Desde
que Vizcarra llegó al poder solo se dedicó a la confrontación con el Congreso y
a una falsa lucha contra la corrupción. Con la llegada de Vizcarra a Palacio de
Gobierno también llegaron personajes como el periodista Mario Cortijo, ex
hombre de confianza de El Comercio, un bachiller que se convirtió en Director de la
Dirección de Comunicación Estratégica e Imagen Institucional del Despacho
Presidencial. Otro de los hombres que llegó a Palacio fue el argentino
Maximiliano Aguiar, un charlatán que se ganó la confianza de Vizcarra y se
convirtió en su asesor político.
No es un secreto que el presidente Vizcarra tiene terror cuando baja en las encuestas, es por eso que desde un inició intentó estratégicamente controlar a los medios y a las encuestadoras. De alguna forma lo consiguió mediante la gran cantidad de dinero que paga por publicidad a los medios de comunicación, a esto se suma los contactos de Mario Cortijo. En lo político por lo único que será recordado Vizcarra es por la disolución del Congreso. Una decisión que tomó luego de vendernos sebo de culebra y de pregonar en los medios “La demanda ciudadana de disolución del Congreso es contundente”.
Hoy mucha gente abrió los ojos y se dio cuenta que el presidente Vizcarra es un incapaz para gobernar. El único enemigo de Vizcarra, es el propio Vizcarra, ya que jamás estuvo a la altura de llevar la banda presidencial.
Luego
de dos años con Vizcarra en el poder, los peruanos vivimos un grosero
desgobierno, donde la sombra de la corrupción crece día a día en las altas
esferas del poder. Mientras tanto, los niños de Cerro de Pasco enfermos de
leucemia son ignorados, los infectados por dengue en Iquitos superan los 3 mil,
la violencia contra las mujeres y niños sigue siendo un grito desesperado que
el gobierno solo convierte en frías estadísticas. En el Perú la destrucción del
patrimonio cultural es apoyada por el gobierno mediante por un Decreto de
Urgencia. En el Perú el gobierno permite el ingreso de criminales extranjeros
por nuestras fronteras. Encima de todo esto tenemos que soportar a un
presidente que desde Palacio le da la bienvenida al coronavirus. Al final lo
que busca Vizcarra, es solo distraer.