En mi último artículo sobre la partida de Marco Aurelio Denegri no escribí sobre dos hechos importantes por razones que tienen que ver con el decoro de lo que llaman “necrológicas”; pero, bueno, yo no estoy para callarme nada, así que aquí van:
Primero, que MAD el día que dio la clase sobre Orientación Sexual en el Instituto Nacional de Cultura, cuando hizo la demostración del condón con el plátano, la gente huyó, pero lo hizo porque a continuación procedió a bajarse los pantalones y todas las señoras de la burguesía, el establishment y sachaculturosos, salieron despavoridos. La anécdota me la contó mi viejo amigo, el fallecido médico Rusell Santillana Morales, exsubdirector del Hospital de Policía, quien estuvo presente aquél día.
Segundo, que MAD estuvo preso en la época militar*, en el temible SEPA, una temible cárcel en plena ceja de selva, acusado de obscenidad, amoralidad, pornografía y otros cargos más. Cosa, del que, al parecer, nunca habló ni dijo nada como tampoco dijo nada de que carecía de seguro y no contaba con recursos para asumir una vejez decorosa. El estado nunca le rindió ningún homenaje en vida ni se le otorgó medalla alguna por su largo trabajo en la cultura de nuestro país. Cosa que sí se hizo, con, por ejemplo, Melcochita, condecorado por nuestro excelentísimo y brillantísimo congreso.
Ojalá algún día cambie todo esto y dejemos de ser una republiqueta bananera para convertirnos en una República que respeta y protege a sus ciudadanos. Ah, por cierto, a Enrique Verástegui también lo metieron preso una noche de los noventa, pero eso es ya otra historia que contaré en otro artículo.
*Tres fuentes confirmaron este hecho.