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Obispo de Pucallpa Martín Quijano: “Ningún hospital tiene balones de oxígeno. Eso es una vergüenza”

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En la amazonia el COVID-19 golpea cada día con más fuerza. La falta de oxígeno es desesperante. En esta breve entrevista, el obispo de Pucallpa, monseñor Martín Quijano, nos confirma que ya hay dos párrocos infectados con el virus y nos cuenta la dura realidad que viven las personas día a día. De igual forma, mediante una campaña solidaria han logrado recolectar hasta el día de ayer domingo 10 de mayo al alrededor de 250,000.00 soles.

¿Cuánto párrocos infectados hay ya confirmados?

Hasta dos párrocos que han sido diagnósticos. Hay otros más que presentan los síntomas pero a los que aún no se les han hecho las pruebas. Seguramente hay otros más que, por la fortaleza física, son asintomáticos.

¿Estas personas han sido aisladas dentro de su congregación?

Sí, son del vicariato o son diocesanos y están aislados aquí.

Recurriendo a su persona ¿Qué es lo que está pasando en realidad? ¿Cuál es la verdadera estadística?

La verdadera estadística no la tenemos. La verdadera estadística creo que la podrían dar los hospitales, pero creo que tampoco los hospitales pueden revelar los datos exactos de lo que está sucediendo. Además, el gobierno sale a ayudar, pero supongo que sus ayudas no cubren todas sus necesidades. Sé que han llegado medicinas a Pucallpa, pero sé también que el oxígeno está faltando. Creo que no es cuestión de pelear o tapar algunas cosas. Creo que el gobierno está haciendo su parte pero no tiene que tener miedo en decir “esto nos falta” o “ya no podemos con esto”, y eso tiene que decirlo a la sociedad, para que la sociedad salga inmediatamente a ayudar. No estamos en un momento de lucha unos contra otros, tenemos que unirnos.

¿La necesidad más urgente es el oxígeno?

Nosotros estamos viendo la forma para adquirir una planta de oxígeno. La gente tiene que saber que ningún hospital tiene planta de oxígeno, ningún hospital tiene balones de oxígeno y eso es una vergüenza. Los más afectados son los pobres a quienes les han dicho: “no vengan al hospital si no tiene un manómetro”. Un manómetro cuesta 700 soles.

¿Qué es lo que usted ha visto con relación a las personas enfermas y fallecidas?

Hasta hace cuatro días he sentido que había muchos pacientes con los hospitales colapsados y muchas muertes en un solo día, un número que nunca antes se había visto en Pucallpa.

¿Cómo parte la iniciativa de esta campaña solitaria para Pucallpa?

Parte del pedido que hacen muchos ciudadanos, ya que nos presentan las diversas necesidades que hay en Pucallpa respecto a salud. Entonces hicimos una reunión virtual con los que deseaban y ahí nace la campaña.

Nos parece muy loable la forma en que ustedes están ayudando a la gente con esta campaña.

Sobre todo hay que felicitar a la gente sencilla, trabajadora, independientes informales, es admirable. La ciudad se detiene y deja su colaboración. Incluso los viejitos que han recibido el apoyo de su familia y luego ellos lo traen acá, con todo el riesgo que significa que una persona de más de 60 años salga de su casa. Creo que esos gestos son admirables.

¿Qué mensaje le daría la población, principalmente a toda esa gente que está en primera línea combatiendo contra este flagelo?

Primero agradecimiento, creo que no tienen que desanimarse, a pesar que ven gente que no obedece o no acepta los protocolos que se han impuesto, pero hay mucha gente que están con ellos, desde el vicariato hay mucha gente que está rezando. Los párrocos se contactan por las redes y cada vez se suman más personas que se unen a favor de los médicos, enfermeras, personal de seguridad, a la policía y al ejército.

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