La exposición bio-bibliográfica “Flora Tristán: peregrina de dos mundos” pone otra vez en la palestra a la figura intelectual femenina más relevante del siglo XIX latinoamericano. Va hasta el 6 de noviembre en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería.
“Acaso no haya destino femenino que deje, en el firmamento del espíritu, una semilla tan larga y luminosa”, dijo de ella André Breton. Antipatriarcal, contrahegemónica e internacionalista. Precursora del feminismo y del socialismo. Obrera, autodidacta, con tres hijos y un matrimonio infeliz. Desafíante frente a las fuerzas políticas, la Iglesia y el poder económico de la naciente clase capitalista, la hija de la francesa Anne-Pierre Laisnay y de Mariano de Tristán –arequipeño de gran alcurnia, abogado y coronel al servicio del rey de España– fue, sin duda, una mujer anticipada a la época que le tocó vivir, esa que negaba derechos a las mujeres y las consideraba menores de edad, negándoles el divorcio y donde el marido era prácticamente su dueño.
Será esta opresión física y emocional, esta degradación en cuerpo y mente, la que gatille en la joven franco-peruana una postura intelectual revulsiva que irá perfilando desde los márgenes. Su condición de mujer no valorada empataba perfectamente con la de los obreros, artesanos, campesinos, costureras y trabajadores fabriles sometidos a las mismas injusticias sociales. Es decir, parias, término acuñado en el siglo XIX como significante de degradación de una clase sometida a servidumbre, explotación y exclusión. Esa sería la chispa de una rebeldía que, naciendo individual, se hizo colectiva y, ciertamente, política.
Rebeldía que acrisola cuando, siendo ya una mujer perseguida por abandonar el hogar, recorre los miles de kilómetros que separan París de Lima en un viaje audaz que evidencia, una vez más, la apasionada personalidad que gobernó toda su existencia. Así, Flora Tristán llega a Arequipa para conocer a la acaudalada familia de los Tristán y Moscoso, hermanos de su padre, quienes se negarían a reconocerla como heredera. Entonces solidificaría, eso sí, una obra poderosa: “Peregrinaciones de una paria”, barco insignia de una producción intelectual que alcanzaría un eco latinoamericano y universal.
Pasión y gloria
Será este libro de 444 páginas, que la Editorial Cultura Antártica publica en 1946, el centro gravitacional del pensamiento Tristán. Y es el que abre la exposición bio-bibliográfica “Flora Tristán: peregrina de dos mundos” en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sería el tradicionalista Ricardo Palma quien diera cuenta de que este libro había sido quemado tanto en la Plaza de Armas de Arequipa como en un teatro limeño en 1837. Su aparición también desató la furia de Pío Tristán, tío de la autora, quien ordenó cancelar los pagos de una pensión que había adjudicado a su sobrina.
Aquella dama irredenta que, influenciada por las utopías socialistas de Saint-Simon y Fourier, se convirtió tempranamente en escritora cuando ya era una combatiente que visitaba el extrarradio de las ciudades de Europa para estudiar y luchar por los derechos de los obreros. He ahí sus “Paseos en Londres” –originalmente titulado “Promenades dans Londres” (París, 1840)– donde da cuenta de sus viajes a los centros industriales de Birmingham y Manchester, Glasgow y Sheffield, además algunos centros mineros. O “El tour de Francia”, que la autora escribe entre 1843 y 1844 y dedica a París “la ciudad de los impulsos generosos. De esta ciudad, la metrópolis del mundo, partirá el rayo que debe derribar a la vieja sociedad”.
He ahí también “Una mujer sola contra el mundo” (Buenos Aires, 1942), la biografía novelada que escribe Luis Alberto Sánchez gracias al aporte de Luis Alayza y Paz Soldán. Y el respetable volumen “Flora Tristán, personalidad contestataria universal” que escriben Gustavo y Xavier Bacacorzo (Biblioteca Nacional del Perú, 2000). Para una exposición que también se decanta por el activismo en obras como “Flora Tristán: Feminismo y socialismo en el siglo XIX” (Madrid, 1974). En fin, un sustancioso muestrario estupendamente sustentado por Francesca Denegri, con guía cronológica y el vigor intelectual de quien pudo ser capaz de resumir su obra en siete palabras: “Que las mujeres hagan hablar sus dolores”.
El dato:
Título: Flora Tristán: peregrina de dos mundos.
Exposición: Bio-bibliográfica.
Lugar: Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores.