El Instituto Italiano de Cultura rinde homenaje con este ciclo al recientemente desaparecido director de cine Damiano Damiani. El ciclo se iniciará este jueves 13 a las 6p.m. con el filme El lápiz de labios (1960) con Pierre Brice, Giorgia Moll, Pietro Germi, Bella Darvi y Laura Vivaldi. La presentación del ciclo estará a cargo del crítico de cine Sebastián Pimentel. En el auditorio del IIC (Av. Arequipa 1055, Santa Beatriz). El ingreso es libre.
Silvana De Carli, niña de doce años de edad, se enamora, del joven Gino de treinta años. Un día la niña lo ve fuera de la casa donde se cometió un asesinato. Gino confía al Comisionado Fioresi, que se ocupa del caso, las molestias que debe sufrir por Silvana. Se trata de la primera obra de Damiani, un thriller escrito en colaboración con Zavattini. Un buen inicio tanto por la definición psicológica de los personajes como por el retrato del ambiente.
El ciclo continuará el jueves 20 a las 6 p.m. con la película Il giorno della civetta (El día de la lechuza) de 1968, con Claudia Cardinale, Franco Nero, Lee J. Cobb, Tano Cimarosa y Nehemiah Persoff.
Adaptación de la novela homónima de Leonardo Sciascia. La mafia siciliana domina la construcción y dispone de poderosos mecanismos para ejercer y mantener el poder. El punto de partida es el asesinato de un sindicalista y la desaparición de un hombre. Mientras la policía investiga a la esposa del desaparecido, las sospechas del Capitán Bellodi se centran en un importante mafioso, aunque no logra encontrar pruebas ni testigos que avalen su hipótesis, ya que su labor está siendo sistemáticamente obstruida desde las altas esferas.
Con la presentación de Una chica más bien complicada (1969) concluirá el ciclo el jueves 27 a las 6 p.m. Con Jean Sorel, Catherine Spaak, Florinda Bolkan, María Luisa Bavastro, Guglielmo Bogliani, María Cuadra, Gigi Proietti y Sergio Graziani. Habiendo interceptado accidentalmente una llamada telefónica entre dos mujeres, Alberto tiene curiosidad por conocer a una de ellas, Claudia, quien le invita a su estudio de pintora. Entre ambos se establecerá una relación turbia y sensual, en la que Alberto descubrirá las especiales relaciones que Claudia tiene con su madrastra, Greta. Este triángulo erótico conducirá a sus personajes a un desenlace dramático.
SOBRE DAMIANO DAMIANI
(Extracto de una nota de El País del 8 de marzo de 2013)
Escritor, actor y sobre todo un director de cine y de televisión que siempre concilió el éxito popular con el compromiso cívico.Así era Damiano Damiani (Pasiano di Pordenone, norte de Italia, 1922), fallecido el 7 de marzo de este año a los 90 años debido a una insuficiencia respiratoria. Llevaba al menos una década retirado del cine. De él queda una variada producción brotada en la época del neorrealismo y madurada en los años setenta, como denuncia de las contradicciones y opacidades del sistema. El suyo fue un cine siempre político, como El día de la lechuza (1968), con Claudia Cardinale y Franco Nero, adaptación del clásico sobre la mafia de Leonardo Sciascia, o como la serie para la televisión La piovra (1984), todo un hito para Italia que logró tener a todo un país siguiendo cada semana, las complicadas aventuras del comisario Cattani, interpretado por un espléndido Michele Placido.
Pasional, curioso, polémico y con gusto para la discusión, Damiani empezó a trabajar junto a otros colegas como Comencini, Lattuada o Ermanno Olmi. En su primera película, El pintalabios (1960), dirigió a Pietro Germi en el papel de un comisario de policía. Esa fue la década de oro para Damiani, cuando cautivaba a los críticos, al público y a la izquierda, sin duda su bando político. Cesare Zavattini, guionista y amigo también de Vittorio de Sica, colaboró con él en la adaptación de La isla de Arturo, novela firmada por Elsa Morante. Con Tonino Guerra (otro guionista excelente, pilar —entre bastidores— del cine de Federico Fellini) traslada a la gran pantalla El tedio de Alberto Moravia. También hace una incursión en el género más ligero de los spaghetti western con ¿Quién sabe?, aunque el guión acaba alejándose del esquema típico de una película del Oeste a la europea: el protagonista, Klaus Kinski, interpreta un bandido que se redime y decide defender a los débiles. Damiani no conseguía aligerar sus obras de este halo de empeño cívico que fue siempre su registro. Empujado por esa misma urgencia de denuncia, en 1968 inicia el rodaje de la novela más famosa del escritor siciliano Sciascia, El día de la lechuza: toda una revelación en una época en la cual hablar de la Cosa Nostra ni se contemplaba.
En 1970, descubre a Ornella Muti, a la que dirige en su estreno cinematográfico en La esposa más guapa. Dos años más tarde, elige a otro actor fundamental, Nino Manfredi, que en Girolimoni interpreta la historia del “monstruo de Roma”, un fotógrafo que en los años veinte fue acusado de asesinar a niñas.
Los años ochenta le regalaron el éxito al que sobre todo se vincula su nombre: La piovra, una serie producida para la televisión pública RAI, que abrió la pista a un verdadero género, el de los policías o carabineros rectos empeñados en la lucha contra los malos: los mafiosos de la Cosa Nostra pero también algunos pilares de la sociedad libres de toda sospecha pero en realidad podridos por el contacto con la Mafia. Tras La piovra I vinieron la II, la III y hasta la IX, rodadas por otros directores. Aunque después siguió trabajando en la pequeña y en la gran pantalla, Damiani nunca volvió a conocer un éxito tan rotundo y a partir de 2002 se dedicó a su pasión secreta, la pintura.