Por: Jorge Paredes Terry.
¡Basta ya! La indignación se apodera de mí al presenciar, una vez más, la impune penetración de César Acuña y su séquito en las instituciones del Estado. No contentos con haber manchado el Congreso, los ministerios, la Fiscalía, el gobierno y hasta el Tribunal Constitucional, ahora extienden sus tentáculos venenosos hacia la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU). ¿Qué falta? ¿Que Acuña se autoproclame rector de la educación superior peruana?
La noticia es un puñal en el corazón de quienes luchamos por una educación de calidad en el Perú. La designación de una militante de su partido, y profesora de la cuestionada Universidad César Vallejo, en una dirección clave de SUNEDU, es una bofetada a la transparencia y a la meritocracia. Es una burla a todos los peruanos que hemos exigido, una y otra vez, una educación superior libre de corrupción y de intereses políticos.
La Universidad César Vallejo, recordemos, ha sido objeto de numerosas investigaciones por pagos indebidos y cuestionamientos a su calidad académica. Su historial es un catálogo de irregularidades que deberían descalificarla para cualquier participación en la regulación del sistema educativo. Pero, ¿qué pasa? La impunidad reina, el gobierno mira para otro lado, y Acuña sigue avanzando como un elefante en una cristalería, destrozando todo a su paso.
Esta designación no es un simple nombramiento; es una declaración de guerra contra la educación superior peruana. Es un acto de arrogancia y cinismo que demuestra la falta de compromiso del gobierno con la fiscalización y la mejora de la calidad educativa. Mientras el gobierno se lava las manos, Acuña se fortalece, consolidando su imperio de la mediocridad y la corrupción.
¿Qué podemos esperar de una SUNEDU controlada por los Acuña? ¿Más universidades de baja calidad? ¿Más irregularidades? ¿Más impunidad? La respuesta es, lamentablemente, obvia. El futuro de la educación superior peruana se ve cada vez más sombrío bajo la sombra de este poder fáctico que se burla de las instituciones y del pueblo.
Es hora de alzar la voz. Es hora de exigir responsabilidades. Es hora de luchar contra esta toma de control descarada y proteger la educación superior de la voracidad de los Acuña. El silencio es complicidad, y la indiferencia, una condena a la mediocridad. No permitamos que la educación peruana se convierta en un botín político. ¡Reclamamos una SUNEDU independiente y comprometida con la calidad educativa!
La designación de una persona vinculada a la Universidad César Vallejo y al partido político de César Acuña en un puesto clave de SUNEDU tiene consecuencias devastadoras para la educación superior en el Perú, que se pueden resumir en:
– Deterioro de la calidad educativa: La falta de independencia de SUNEDU puede llevar a una disminución en los estándares de calidad de las universidades. Si la supervisión y la fiscalización se ven comprometidas por intereses políticos, se facilitará la proliferación de universidades que priorizan el lucro sobre la calidad académica, ofreciendo títulos de dudoso valor. Esto perjudica a los estudiantes, quienes invierten tiempo y dinero en una educación que no les garantiza las competencias necesarias para el mercado laboral.
– Incremento de la corrupción: La presencia de personas con vínculos políticos en SUNEDU crea un ambiente propicio para la corrupción. Se pueden favorecer a ciertas universidades en detrimento de otras, se pueden pasar por alto las irregularidades, y se puede dificultar la investigación de casos de corrupción. Esto mina la confianza en el sistema educativo y desincentiva la inversión en educación de calidad.
– Pérdida de credibilidad internacional: La falta de transparencia y la percepción de corrupción en SUNEDU pueden afectar la credibilidad internacional del sistema educativo peruano. Las universidades peruanas podrían tener dificultades para obtener acreditaciones internacionales y para atraer estudiantes y profesores extranjeros. Esto limita las oportunidades de desarrollo para las universidades y para los estudiantes peruanos.
– Debilitamiento de la autonomía universitaria: La influencia política en SUNEDU puede socavar la autonomía de las universidades. Las universidades podrían verse presionadas a adoptar políticas que favorezcan los intereses políticos en lugar de las necesidades académicas. Esto afecta la libertad académica y la capacidad de las universidades para desarrollar sus propias estrategias de crecimiento y mejora.
– Desmotivación de docentes e investigadores: Un sistema educativo permeado por la corrupción y la falta de transparencia desmotiva a los docentes e investigadores. Los profesionales competentes pueden optar por buscar oportunidades en otros países, lo que lleva a una fuga de cerebros y a una disminución en la calidad de la enseñanza e investigación.
Compatriotas, situación descrita representa una amenaza grave para el futuro de la educación superior en el Perú. La falta de independencia de SUNEDU compromete la calidad educativa, fomenta la corrupción, disminuye la credibilidad internacional, debilita la autonomía universitaria y desmotiva a los docentes e investigadores. Es hora de levantar nuestra voz, exijamos que se tomen medidas para asegurar la independencia y la transparencia de SUNEDU para proteger el futuro de la educación en el país.