Ayer se realizó la marcha contra la corrupción en Lima, una marcha que diversos movimientos civiles convocaron ante los destapes de la terrible corrupción de Odebrecht y Lava Jato, que sigue escandalizando al país.
Entre las diversas instituciones y partidos políticos que impulsaron la marcha, estuvo la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, la Confederación General de Trabajadores del Perú, el Colegio de Abogados de Lima y partidos políticos como Frente Amplio, Nuevo Perú, Acción Popular y el partido morado de Julio Guzmán.
La cita fue a las 5 p.m. en la Plaza San Martín, pero para sorpresa de muchos solo un pequeño grupo de personas llegó para participar de la marcha. ¿Por qué tan poco gente? es una de las preguntas que muchas personas se hicieron. Pues como vemos, la marcha en su mayoría fue impulsada por grupos de izquierda, y al parecer los últimos destapes que involucran a personajes de izquierda con Odebrecht y la corrupción esta generando un efecto domino de rechazo a las movilizaciones y reclamos.
El caso Odebrecht nos ha demostrado a los peruanos que la corrupción ingresó a todas las tiendas políticas, de izquierda y derecha y se institucionalizó en toda la pirámide de poder. El caso de Susana Villarán, es el que más ha afectado a los grupos de izquierda, ya que algunos ingenuamente veían en ella una política honesta y alejada de los tentáculos de la corrupción.
Recientemente las prisiones preventivas para los grandes empresarios peruanos ha demostrado que la justicia tarda pero llega. Además, hoy el Ministerio Público allanó dos locales de Fuera Popular que ha generado una ola de críticas por parte de los fujimoristas.
Los enfrentamientos recién han comenzado, por el momento el Grupo El Comercio y el fujimorismo miden sus fuerzas. Mientras tanto en las calles los ciudadanos de a pie, han entendido que no deben poner las manos al fuego por ningún político.