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Narcoterroristas acribillaron a siete policías en el Vraem la mañana del sábado

De los ocho efectivos solamente sobrevivió uno quien terminó con varias heridas.

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Desde hace varios años la zona perteneciente al Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) es considerada como uno de los lugares más peligrosos del país debido a su frondosidad, lo alejado de la misma y que viene siendo un centro importante del narcotráfico y de los remanentes de Sendero Luminoso. Ahí el Estado es casi nulo y los propios lugareños reconocen, de manera no oficial, a los cabecillas de esas guerrillas. Tener una postura adversa o ser un crítico de los mismos puede costar la vida misma.

El último sábado siete agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) murieron tras ser emboscados en el centro poblado Natividad, ubicado en la provincia de La Convención, en la región Cusco.

El atentado, que ocurrió al promediar de las 9:45 a.m. en el distrito de Pichari, se produjo cuando los efectivos transitaban -a bordo de una camioneta- esta zona perteneciente al VRAEM. En el lugar, fueron interceptados por presuntos delincuentes terroristas, quienes sustrajeron las armas de los agentes policiales. Las autoridades informaron que un agente sobrevivió al brutal ataque.

Entre las víctimas se encuentran miembros de la unidad de la Dirección de Operaciones Especiales – Diroes: Alfredo Loayza Carbajal y Luis Alberto Cerrón Palacios, suboficiales técnicos de primera y segunda, respectivamente; así como los suboficiales de primera Wilder Eliseo Conozco y Iván Muñoz Fasabi; y el suboficial de tercera Sandro Lorenzo Villegas Corahúa.

Mientras tanto, los efectivos fallecidos de la Comisaría de Natividad han sido identificados como: Williams Quispe Anchay y Juvenal Collahuacho Flores, suboficiales de primera y tercera, respectivamente. El único sobreviviente fue el capitán PNP Erwin Mego Villogas.

Por la tarde fue evacuado a Lima el único sobreviviente de la emboscada terrorista a fin de que sea ingresado en el Hospital Central de la Policía, en Jesús María.

“El capitán Mego tiene múltiples heridas en diferentes partes de su cuerpo. Tiene un orificio de entrada en la parte baja de la espalda y esquirlas también”, indicó el comandante general de la PNP, Raúl Alfaro Alvarado.

Sobre los responsables, recalcó que se tratarían de elementos terroristas que habrían estado horas antes esperando la llegada de la unidad policial, según resto de alimentos hallados en la zona. “Es una zona donde opera esa persona (Víctor Quispe Palomino) y tenemos claro que las actividades que realiza son narcoterrorismo”, precisó.

Dircote sindica al camarada ‘Carlos’ como el autor del atentado

El brutal y cobarde asesinato de siete efectivos de la PNP ya tendría un responsable identificado de acuerdo a las investigaciones realizadas por la Dirección contra el Terrorismo (Dircote).

Según revelaciones del diario La República, el autor de esta masacre sería el narcoterrorista conocido por su apelativo de “Carlos”. Él sería uno de los discípulos más destacados del jefe militar Alejandro Borda Casafranca, o más conocido como camarada “Alipio”,que se ha encargado de la formación de las nuevas generaciones de la organización narcoterrorista Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP).

La Dircote brindó detalles de la importancia que tendría el camarada “Carlos” dentro de la organización terrorista al mencionado medio de comunicación.

“El camarada ‘Carlos’ es de la primera generación de combatientes del MPCP, cuyo adiestramiento militar estuvo a cargo del camarada ‘Alipio’. Era tan importante esa primera promoción, que también estaba integrada por los hijos de los camaradas ‘José’ (Víctor Quispe Palomino) y ‘Raúl’ (Jorge Quispe Palomino). Dada su experiencia en este tipo de ataques, es muy probable que haya estado detrás de la planificación y ejecución de la emboscada”, indicaron.

Adicionalmente, la Dircote señaló que el camarada “Carlos” fue identificado por exintegrantes del MPCPcomo informante de las fuerzas antiterroristas que lo llevó a escalar dentro de la organización debido a los planes que organizaba y la forma cruel en la que lo ejecutaba con sus víctimas: policías. Para ello, siempre tendría a su cargo el fusil de fabricación israelí Galil.

Además, este narcoterrorista estaría al mando de una columna armada, cuya zona de acción se encuentra en la margen izquierda del río Ene, específicamente en el ámbito del distrito del Vizcatán del Ene (provincia de Satipo, Junín). Precisamente, el camarada “Carlos” y su columna subversiva se habría dirigido hacia el río Apurímac y Puerto Cocos con el fin de tener mayor precisión a la hora de atacar a los policías.

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