Uno de los intelectuales y cineasta más importantes del Perú nos dejó. Armando Robles Godoy un personaje quijotesco que luchó por sus ideas y por el cine nacional. Maestro del cine y creador de grandes películas como «Espejismo», «En la selva no hay estrellas», «La muralla verde», «Sonata soledad» y «Ganáras el pan» son algunos de sus trabajos. Armando Robles Godoy fue un soñador que quiso colonizar la selva, un hombre que no le tenía miedo a la muerte, un intelectual dotado de una hermosa lucidez. Un escritor macho, un periodista de talento innato. Murió de un paro cardiorrespiratorio, a los 87 años ayer por la mañana.
Este 14 de agosto el festival de cine de Lima ha programado un homenaje postumo que se realizara en el museo Pedro de Osma en Barranco.
Fue hijo del destacado compositor y musicólogo Daniel Alomía Robles y de la cubana Carmela Godoy, nació en Nueva York el 7 de febrero de 1923 y vivió en Chosica (Perú) desde 1933.
Empezó estudios de Medicina en la Universidad de San Marcos, trasladándose luego a la Facultad de Letras, estudios que no llegó a concluir. Debido a su pasión por el cine, ejerció profesionalmente el periodismo durante siete años en la década del 60, escribiendo una columna titulada «Lenguaje Misterioso» en el Suplemento Dominical del diario El Comercio.
Como escritor publicó tres novelas y las colecciones de cuentos: Veinte casas en el cielo, El amor está cansado, La muralla verde y otras historias, Un hombre flaco bajo la lluvia, 12 cuentos de soledad.
Como cineasta, aparte de su labor pedagógica desarrollada a lo largo de más de 30 años y de gran importancia en la formación de las siguientes generaciones de cineastas peruanos, tuvo una breve filmografía, que introdujo muchos de los medios del cine europeo (especialmente de la nouvelle vague francesa en la filmografía peruana, en películas en las que el lirismo y la evocación poseen mayor importancia que la trama en sí).