El título de esta nota puede ser interpretado como un generoso eufemismo, pues es sabido entre voces al oído que las mujeres han tenido poca participación en la industria panificadora sobre todo en la elaboración o producción de este producto, razón por la que pocas veces hemos identificado a una “maestra panadera”, pero sí muy fácil a un “maestro panadero”. Somos conscientes que algunas instituciones vienen haciendo denodados esfuerzos para vencer la sombra del machismo, la segregación y el racismo, y espacios como esta feria gastronómica organizada por el Mincetur y Promperú, vienen dando un inmensurable e importante aporte a esta lucha.
La feria Perú mucho gusto se llevó a cabo del 31 de octubre al 3 de noviembre en la ciudad de Lima, fueron impresionantes los armados; bastó observar el deslumbrante diseño de un horno artesanal con una concepción energética donde convergieron panaderas, panaderos y jóvenes estudiantes del SENATI que vinieron de las regiones de Ayacucho, Junín, Loreto y Lima. La persona responsable de esta prolija tarea de convocatoria fue Andrés Ugaz, quien en su caminar por las pampas de Junín, visitar las mesetas ayacuchanas, navegar el majestuoso río Amazonas o recorrer los rincones de Lima y el Callao, ubicó y convenció a estas maravillosas mujeres que tienen magia en las manos y que de ahí, se elaboran los deliciosos panes de wawa, wawiños, chapla, qasi, llapsa, de anís, cosay, alcachofa, boyos de trigo regional, puchucuy, de yuca, de cacao, bico, de camote, campesino de quinua, tolete, francés, ciabatta y chancay que se elaboraron en el lugar.
Sencillamente, Ugaz unió el Perú en los tres hornos y cinco mesas, que contaba el área del pan de la Explanada de la Costa Verde de Magdalena del Mar. Más allá, de esa sinergia, uno de los mensajes adicionales que propuso, es construir una sociedad con respeto e igualdades desde la panadería que tanta falta nos hace; asimismo, de visibilizar el rol preponderante de la mujer en la producción y comercialización del pan que viene atando hilos familiares de generación en generación, uniendo eslabones de la memoria y la peruanidad, sanando malformaciones históricas y sociales. “El pan es tan sencillo y potente, a la vez es el primer alimento del día, viene desde tiempos bíblicos y mantiene una relación con lo divino; que se sirve en una mesa que es sagrada por las personas que lo comparten”, añadió el cocinero y panadero Andrés Ugaz.
La panadería tuvo su propia atmósfera dentro de la feria, defendiéndose sola en su espacio, con colas interminables, abuelas, madres y familias enteras de Lima y provincias, en busca de ese producto tan preciado que les recordaba la niñez al llevarlo a la boca. Un señor de avanzada edad mencionó que hacía muchísimos años no probaba un pan chapla y que después de probarlo, añoró las calles empedradas de su querida Huamanga, donde él creció con sus hermanos y amigos. La respuesta y buena aceptación de los visitantes fue gratificante para todo el equipo que elaboraron los panes frente a ellos. Se notaba en los rostros de Madeleyne Cárdenas, Rocío Bellido, Elvira Calderón, Lorena Vila y Mery Asipali, esa alegría y buena vibra que se prolongó cuando fueron visitadas por la encantadora María Soledad Velásquez, directora de promoción de turismo de PROMPERÚ, y por el máximo referente nacional de la cocina Gastón Acurio; quienes saborearon con buen gusto las variedades de panes hechos por ellas. En la última fecha, María Soledad Velásquez fue quien lideró el cierre del evento en la panadería, obsequiando más de mil panes de todas las variedades al público asistente, como muestra de gratitud de todas las panaderas y panaderos que participaron en la feria. Y, dijo que “la frase de la Feria Gastronómica Perú mucho gusto, sabores con historia, se ha posicionado entre los peruanos porque todos nos conectamos con el amor de nuestra deliciosa gastronomía. El Perú tiene muchas cualidades conocidas, pero hay una que siempre ha trascendido: su historia que traspasa las generaciones. En nosotros siempre estuvo la gastronomía y desprendiéndose de ésta, tenemos a uno de los rubros más ricos, creando hoy sabores que se remontan desde mucho tiempo atrás y al uso ancestral de diversos ingredientes. Por eso, cada pan peruano, esconde en su sabor diversas identidades, tradiciones y costumbres de todo el país. Gracias a todas nuestras panaderas y panaderos, por ser parte de esta gran feria que empezó a nivel nacional y hoy saldrá al mundo para mostrar y enseñar nuestra historia, costumbres y trascendencia”. Mucha razón, tiene la antropóloga italiana Sofía Venturoli, al afirmar que “lo que una persona come, de donde proceden los alimentos que asume, y que ofrece en almuerzos colectivos, vinculan su identidad étnico-social”.