Una historia de superación. Hace cinco años Moisés Donis Benítez llegó a nuestro país con un solo propósito: el de convertirse en un profesional que aporte a la sociedad y mejorar la calidad de vida de su familia. Con casi los bolsillos vacíos, pero con muchas ilusiones de construir un futuro mejor en el Perú, el ahora joven de 18 años pasaba mañana, tarde y noche estudiando para que sus sueños se hagan realidad.
El muchacho natural de Venezuela se ha convertido en el primero de su país en ingresar a la prestigiosa Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), para el periodo 2024-1, significando que siempre habrán más extranjeros que tienen la intención de superarse en el ámbito académico, en contraste de sus connacionales que diariamente vienen llenando las portadas de los diarios con hechos delictivos.
El joven se midió con más de 5.000 postulantes en el reciente examen de admisión y logró hacerse con uno de los 1.533 cupos que ofrecía la casa de estudios al acceder a una vacante a la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones. “Se lo dedico a mi mamá porque estuvo apoyándome por mucho tiempo. Lastimosamente, no está acá para verme, pero sé que, muy en fondo, estaría orgullosa”, dijo al diarioLa República, horas después de conocer que había obtenido un puntaje acumulado de 1091,040.
Donis cuenta que llegó a Perú en 2018, junto con su progenitora y sus hermanos, para reencontrarse con su padre, quien ya había migrado al país. Aún cursaba estudios secundarios, pero inmediatamente puso su mirada sobre la UNI.
“Teníamos muchas opciones [para migrar], entre ellas, Colombia o Ecuador, pero decidimos que Perú era la mejor y aquí estamos cinco años después”, declaró al citado medio antes de mencionar que fue blanco de comentarios desalentadores, incluso uno de sus docentes. “Me llegó decir: tú jamás vas a ingresar a la UNI, te apuesto lo que quieras”.
Su conquista estuvo marcada por noche de amanecida y largas horas de estudio, pero sobre todo por la pérdida de su madre en noviembre de 2023, debido a una enfermedad degenerativa. “[Mi mamá] siempre me motivó bastante. Me dijo que sí podía, que ella quería que yo alcanzara la vacante, que yo diera todo de mí en ese examen”, dijo.
Sonriente y con un polo que reza “soy cachimbo UNI” ha posado en el pórtico de la universidad, a la que empezará a asistir desde el próximo 18 de marzo, cuando está programado el inicio de clases.
La academia preuniversitaria en la que se preparó también destacó su ingreso a través de un mensaje.
“Futuro ingeniero de Telecomunicaciones. Eres un grande ―congratuló el instituto Aseuni De Nivel―. Tu dedicación y valentía son admirables. Entrar a la universidad es un logro notable, pero hacerlo en un país diferente, lejos de casa y enfrentando desafíos, es verdaderamente inspirador”.