Mira el pajarito. Apuntes sobre Birdman, de Alejandro G. Iñárritu

No hay ética del superhéroe: no vas a luchar por la justicia, los demás no te interesan un pito, no hay encarnaciones del mal a derrotar, no hay un trauma que te impulse a buscar el bien comúnrompiendo la barrera o la esfera de ti mismo… solo quieres ser amado y admirado, sentirte importante. Nada más. Yo la tengo más grande, y encima vuelo, aparte de mover objetos con la mente para estrellarlos contra la pared o contra quien haga falta. No importa tanto el arte, el teatro, Carver, el amor, etc. ¿Cómo legitimar a un personaje tan miserable?

El superhéroe se llama: sensación de una sola toma. Es como un vuelo o una erección continua. La película está literalmente construida en el puro y bonito aire, por eso es tan interesante el soundtrack lleno de percusión, pero esos latidos ‘terrestres’ (esos golpes que te unen a la tierra) dialogan con la super toma como un segundo superhéroe, y ambas cantan con excelentes voces a Hollywood, felices de estar ‘in’, de haberlo logrado, de ser importantes. Hollywood te va premiar mientras seas un virtuoso en el fondo inocuo…

Birdman es una película sobre la religión del éxito en la que los narcisos, más bien que los ícaros, viven atrapados.Para qué tocar tierra. Eso sería morder la mano que los alimenta. Hollywood, cómo olvidarlo, es una fábrica de catástrofes humanas.

Birdman es una película teatral que necesita absolutamente del exhibicionismo para gritar que es o que quiere verdad. Y como siempre es atractivo el regreso del muerto viviente, o la materialización de la segunda oportunidad. Hollywood compite con las religiones en hacer de la redención un estupendo negocio. Fracasados del mundo, vengan a mí.

Birdman simula ser un backstage(se quiere con toques de crudeza) cuando es toda escenario… Lo grave con Birdman es que se crea ingrávida, en el preciso instante en que la gravedad de su tema y cómo no enfrentarlo, la hace frívola.