Política
Ministro Walter Astudillo celebrará en Bolivia su bicentenario
El gobierno boliviano dejó fuera a Dina Boluarte de su lista de invitados al bicentenario. En su lugar, el ministro de Defensa, Walter Astudillo, representará al Perú en los actos oficiales programados del 5 al 7 de agosto en la ciudad de Sucre.
Mientras Bolivia se prepara para conmemorar su bicentenario con una serie de actos oficiales en Sucre, la gran ausente será la presidenta del Perú, Dina Boluarte. El gobierno del país altiplánico ha optado por no incluirla entre los invitados, una decisión que no ha pasado desapercibida en el escenario diplomático regional.
En su lugar, quien representará al Estado peruano será el ministro de Defensa, Walter Astudillo, según lo aprobado por un decreto supremo emitido por el Ejecutivo. Astudillo participará en los eventos programados entre el 5 y el 7 de agosto, con el objetivo —según se argumenta oficialmente— de fortalecer los vínculos de cooperación bilateral con el gobierno de Luis Arce. Su traslado se realizará en un avión de la Fuerza Aérea del Perú.
Pero detrás de la cortesía diplomática, hay una tensión latente. La exclusión de Boluarte Zegarra parece estar directamente relacionada con las recientes declaraciones que hizo durante su mensaje por Fiestas Patrias, en las que comparó al Perú con «países fallidos» como Cuba, Venezuela… y Bolivia. Un comentario que fue interpretado como una crítica directa al modelo político boliviano.
«Estamos camino a convertirnos en un país fallido, como Cuba, Bolivia y Venezuela», dijo Boluarte ante el Congreso, asegurando que su gobierno evitó ese colapso al asumir con responsabilidad institucional en medio de una grave crisis.
La Cancillería peruana intentó minimizar el impacto diplomático. El ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, afirmó que las palabras de la mandataria fueron malinterpretadas y que no se trató de un ataque directo. “Fue una comparación general sobre la situación económica de la región, no un señalamiento específico a Bolivia”, aseguró.
No obstante, la decisión del gobierno boliviano de dejar fuera a Boluarte Zegarra en una fecha tan simbólica, evidencia que las relaciones bilaterales atraviesan un momento delicado. Aunque se mantiene el canal diplomático formal —como demuestra la invitación a Astudillo—, el gesto de exclusión presidencial es elocuente.
En un contexto regional donde la diplomacia debería tender puentes, no levantar barreras, el distanciamiento entre Bolivia y Perú prende señales de alerta. La pregunta es si esta tensión será contenida por el canal institucional o si marcará un nuevo episodio de aislamiento internacional para un gobierno que, como el de Dina Boluarte, ya enfrenta cuestionamientos en múltiples frentes.