El titular del Ministerio del Interior, Juan Carrasco Millones, se encuentra cuestionado debido a una investigación que realizó cuando era fiscal y a un reciente operativo que trajo al presente los secretos del pasado.
En esta semana, se realizó un operativo policial, hecho por la Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Organizada de Lambayeque, donde se detuvo a 13 personas, señaladas de integrar la organización criminal “La Resurrección Norteña”. Uno de estos individuos -que son investigados por los delitos de usurpación agravada, corrupción de funcionarios, tentativa de homicidio y otros- es Frank Guevara Díaz, primo político de Carrasco.
Este personaje fue administrador temporal de la empresa agroindustrial Tumán en Chiclayo en el 2011, debido a un recurso legal otorgado por el abogado Tomás Díaz Idrogo, hermano de Jacqueline Díaz Idrogo, la esposa del ministro, quien suscribió una demanda en contra del entonces presidente de la empresa, Wigberto Cabrejos Flores para que Guevara Díaz tome su cargo.
Es ahí donde entra la labor del entonces fiscal Carrasco, quien toma el caso en la cooperativa azucarera de Tumán e investiga a Cabrejos Flores y su directiva. Esto no debió darse pues iba en contra del artículo 19 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, llámese el “cuarto grado en consanguineidad o segunda en afinidad”. Esto quiere decir que, el actual titular del despacho tenía relaciones familiares con un sector interesado por el control de la empresa e investigaba y exigía prisión preventiva para los rivales de sus seres queridos.
Esto fue denunciado en su momento por el periodista Carlos Cabrejos, director del diario La Verdad de Chiclayo, y Fernando O’Phelan, miembro de ProJusticia, aunque tuvieron como resultado ser notificados sin ningún sustento.
“Esto lo denuncié hace unos años, y lo que obtuve fueron denuncias en mi contra hasta por organización criminal. Carrasco Millones surgió como una esperanza de la lucha anticorrupción, pero ahora vemos que era una falsa ilusión, señala O’Phelan.