Por Edwin A. Vegas Gallo
Las desafortunadas declaraciones del ministro Ángel Manero (MIDAGRI, de licencia personal sin goce de haber del 9 al 12 de agosto), señalando que “en el Perú no se pasa hambre y que hasta en el último pueblo del Perú se come de manera contundente”; no es más que el fiel reflejo del régimen boluartista, en su propia “isla de la fantasía”, sin liderazgo responsable, viviendo en su mundo abstracto, etéreo e incluso lejano; no abordando el problema de la pobreza y del hambre, de manera integral y que de verdad asegure el desarrollo sostenible.
Es inexplicable como estos especímenes políticos, como el ministro MIDAGRI, sin preparación académica y política, vaya uno a saber, bajo que padrinazgo de grupo político de los que realmente gobiernan, son designados en puestos tan sensibles del Ejecutivo, que requieren concentración y trabajo con inteligencia 24 por 7.
El ministro Manero, tiene que entender que en su sector hay “guerra del agua”, ejemplo, aquí en Piura con los “arroceros” y “fruteros” y que, en las diferentes latitudes del Perú, hay señales alarmantes que los ecosistemas vitales, tanto terrestres como marinos, para la alimentación humana peruana, se acercan a un punto de no retorno ecológico.
El ministro MIDAGRI sin hambre, desconoce que el 57% de hogares peruanos, reconocen haber dejado de comer un día en el último trimestre del 2023 y ni que decir del Perú rural que enfrenta crisis alimentaria con desnutrición.
Claro que el ministro MIDAGRI, no pasa hambre, pues cuando visita Piura, enarbolando las expectativas frustradas de la represa Vilcazán-Santa Rosa, y el mantenimiento del canal El Tablazo, degusta opíparamente el clásico “copús” piurano asentándolo con buenos “cojuditos” de “clarito” y de “chicha de jora” y como decía nuestro paisano Sofocleto, haciéndonos “cojudos” a los piuranos con sus anuncios que no se cumplen.
DIOS GUARDE A LA PATRIA DE ESTÁ PLÉYADE DE FUNCIONARIOS MINISTROS LIMITADOS y que no campee el hambre y la desnutrición en nuestra tierra peruana.
