No estaría mal imitar de sistemas penitenciarios que verdaderamente funcionan y que sobre todo, en teoría, son incorruptibles. El titular del Ministerio de Justicia (Minjus), Eduardo Arana, viajó ayer al país centroamericano de El Salvador tras aceptar una invitación de la administración de Nayib Bukele “para intercambiar experiencias en materia de seguridad pública” respecto al modelo carcelario de ese país.
Según una resolución suprema firmada por la presidenta Dina Boluarte y el premier Alberto Otárola, la estadía de Arana en ese país se extenderá hasta el sábado 24 de febrero e implicará un gasto del erario público de US$ 4,720.77 (US$ 3,870.27 de pasaje y US$ 850.50 de viáticos por tres días).
El documento resalta que este “intercambio de experiencias afianzará la labor funcional” del portafolio “como parte de la implementación de la Política Nacional Penitenciaria al 2030, […] que establece la necesidad de fortalecer la seguridad integral” de las prisiones peruanas “con mecanismos de control e inteligencia […] y de coordinación interinstitucional entre el sistema penitenciario y las entidades vinculadas con la administración de justicia”.
Raúl Pérez Reyes, titular de Transportes y Comunicaciones, estará encargado del despacho de Arana mientras dure este primer acercamiento entre el gobierno de Boluarte con el de Bukele, quien fue reelegido para el período 2024-2029 en unos comicios en los que alcanzó un 84,6 % de respaldo electoral, según el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El líder salvadoreño, quien goza de popularidad gracias a su controvertida política de lucha contra las pandillas, ha sido el primero en ser reelegido, pese a una prohibición constitucional, desde que el país centroamericano dejó una dictadura militar de varias décadas y entró en democracia.
A finales de marzo de 2022, el Congreso decretó un régimen de excepción para suspender garantías constitucionales a petición del Ejecutivo y arrancar así la llamada “guerra contra las pandillas”, después de que las maras habían puesto en jaque el Plan Control Territorial con el que Bukele había logrado continuar y acentuar la disminución de los homicidios que venía desde 2016.
‘Plan Bukele’
Pese a que en agosto del año pasado la mandataria descartara que en el Perú se pueda implementar un modelo similar al de El Salvador respecto a sus estrategias para combatir las pandillas, tal parece que lo ha pensado dos veces y se encontraría dispuesta, al menos, de rescatar algunas cosas positivas del llamado ‘Plan Bukele’.
“Yo creo que la situación de El Salvador tiene su propia particularidad. Los peruanos tenemos que tejer nuestra propia historia; en consecuencia, nosotros de la mano con nuestra Policía y de acuerdo a políticas y lineamientos del Gobierno, conforme de nuestra peculiaridad y particularidad del país, haremos frente al crimen organizado y a la criminalidad”, sostuvo en aquella ocasión para TV Perú.