Es por demás incomprensible ver a un otrora defensor del patrimonio cultural, que emprendió batallas y cuestionamientos contra las nocivas gestiones en el Ministerio de Cultura; y que ahora, ya convertido en ministro de Cultura, simplemente haya olvidado su afán proteccionista para ceñirse a la agenda política que le ordena la “línea editorial” de su jefa, la presidenta Dina Boluarte.
Se trata de Fabricio Valencia Gibaja, un abogado cusqueño con vasta experiencia en el tratamiento jurídico del patrimonio cultural, con maestrías y posgrados en Museología, Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo Sostenible. Y, por si fuera poco, ya había sido jefe del Área de Patrimonio Cultural y de la Oficina de Asesoría Legal del Ministerio de Cultura; así como miembro de la Comisión que elaboró el Reglamento de la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación. Incluso, integró el Comité Científico Internacional de Asuntos Legales, Administrativos y Financieros de Icomos. Y antes que asumiera la cartera de Cultura, desde la sociedad civil defendió legalmente a la Orden Franciscana por el atropello que sufrió la Plazuela San Francisco, y que por orden de Prolima y la MML, derribaron el enrejado perimetral, pese a que éste contaba con el refrendo de Unesco.
Sin embargo, todo este “speech” de introducción en favor de Fabricio Valencia, no sirvió de nada y todas las acreditaciones académicas previas, prácticamente han ido a parar al tacho y se escurrieron entre los “dedos de las manos” del “papel que aguantó todo”. En otras palabras, el especialista y confeso defensor del patrimonio cultural, con su nueva faceta de ministro de Cultura, se ha convertido en un arlequín que danza al unísono con el resto de bufones y ayayeros ministeriales que despachan, respiran y viven—no sin antes cobrar sus S/30 mil mensuales— para adular a la inefable inquilina de Palacio de Gobierno.
En tal sentido, resultó tan grotesco, e incluso agraviante escuchar hace unos días a Valencia Gibaja afirmar que Dina Boluarte lo llena de mucho orgullo por ser la primera mujer que dirige nuestros destinos en 14 mil años de presencia de la especie humana. Mientras, los peruanos nunca olvidaremos la destacada presencia de la ‘Dama de Cao’, una poderosa líder Moche que gobernó en el norte peruano aproximadamente en el siglo V.
(Columna publicada en Diario UNO)