Prácticamente interpelado en la Comisión de Cultura del Congreso de la República por una pregunta clarísima y directa del congresista Mariano Andrés Yupanqui Miñano, sobre si pensaba mantener en el viceministerio a doña Leslie Urteaga Peña pese a los cuestionamientos formulados por la Contraloría General de la República, de manera directa, el ministro contestó, luego de haber evadido el tema en intervenciones anteriores, afirmando que las investigaciones de la Contraloría no acusaban a su funcionaria y, en todo caso, le daban algo así como sugerencias, que él tendría en cuenta, pero que para nada su Viceministra estaba acusada. Es decir, mintió y blindó a Leslie Urteaga.
¿Qué dice el Ministro respecto a la Contraloría? Pues que tendrá en cuenta sus sugerencias. Como a buen entendedor pocas palabras, lo que quiso decir es que ni se inmuta por los informes de la Contraloría.
¿Cuál es la posición, clara y contundente de la Contraloría? Veamos:
Está claramente identificada por la Contraloría, entonces, como responsable de hechos presuntamente irregulares, que, según la propia Contraloría daban lugar a la apertura de procesos administrativos sancionadores. Los descargos de los involucrados, no fueron suficientes. ALTO Y CLARO SEÑOR MINISTRO ALEJANDRO NEYRA:
Una recomendación expresa de la Contraloría no se pasa por agua tibia señor ministro de Cultura, pero ningún proceso se abrió ni se sancionó como correspondía a los responsables. Por lo contrario, la implicada siguió en el cargo, se pasó un año entero sin firmar mas que una resolución de dirección general (como si ese año no hubiera sufrido daño alguno el patrimonio cultural de todos los peruanos), entre mayo de 2019 y mayo de 2020, y acto seguido, fue promovida a Viceministra. Tras cuernos, palos, dice un viejo refrán popular. Pero en cultura, señor Neyra, los peruanos no aceptamos ser, ni cornudos, ni apaleados.
¿Qué actos le atribuye la Contraloría a la Señora Leslie Urteaga, por los que recomienda la apertura de un expediente administrativo sancionador? Veamos el texto mismo de la Contraloría, eso que, estamos seguros, ha tenido delante suyo también el Señor Ministro:
¿Respondió a la pregunta del Congresista Yupanqui el señor Ministro de Cultura?
La respuesta seria y propia de un funcionario de su categoría habría dicho algo así como, en efecto, con fecha tantos se abrió el caso cuantos, y evaluados los hechos, se concluyó que no procedía sanción alguna. Pero no, el ministro Neyra no se dignó a responder en esos términos. Lo hizo más bien con ambigüedades, pues, ni sus predecesores, ni él, parecen tomar en serio a la Contraloría.
Pero la respuesta seria, habría sido comprometerse a abrir los procesos que la Contraloría recomendó y que en su momento la ministra Guillén Oneeglio no tomó en cuenta. Como todo esto está plagado de hechos difíciles de entender, nos parece muy sorprendente y preocupante que el oficio con el que se elevó al Ministerio de Cultura el Informe de Control Específico 5712-2019-CG/SOCC-SCE haya sido dirigido ni más ni menos que a Guillén Oneeglio y, aunque usted no lo crea, es esta ministra la que convierte en Viceministra a Urteaga Peña. Aquí no hay sorpresas, aquí hay más de un gato encerrado.
El ministro Neyra prefirió blindar a una Viceministra que tiene en su haber multas sin cobrar, multas caducadas, multas no impuestas, procedimientos no abiertos, un año entero sin dar más que una resolución (tal vez vivía en las nubes, ese año), suma y sigue.
Y como todo lo que sucede en el Ministerio de Cultura tiene mucho Swing, doña Leslie Urteaga, no contenta con ser Viceministra, heredó su cargo de Directora General de Defensa del Patrimonio Cultural al señor Ardiles Alcázar, funcionario que desde la Dirección de Control y Supervisión ni controló ni supervisó nada todo ese mismo año que su jefa no dio más que una Resolución, pero siempre fue fiel seguidor de Urteaga. Acto seguido el Señor Ardiles fue encargado de investigar ni más ni menos que el ya famoso caso Richard Swing.
¿Qué hace un director del área de patrimonio en el complejo caso, hoy en manos de la Fiscalía y el Congreso de la República? ¿Qué poderes ocultos protegen a Leslie Carol Urteaga Peña y obligan al Ministro Neyra a cargar con culpas de gestiones pasadas? ¿O es que ha llegado al Ministerio de Cultura a garantizar el contuinismo de la mediocridad?
Recomendaríamos más mesura al ministro Neyra Sánchez, todavía a tiempo de salvar su imagen. Cuidado, señor Ministro. No vaya a ser que se le aplique esa máxima de la política peruana que dice “dime a quien blindas y te diré que tipo de político eres”.
Al final nos queda claro que el ministerio Alejandro Neyra no es parte de la solución, sino del problema. Ese ministerio en la avenida Javier Prado sigue moviéndose con mucho Swing. Esperemos que el Congreso de la República siga investigando no solo el caso de Leslie Urtega, sino también la llegada del señor La llegada el Leonardo José Caparrós Gamarra, funcionario que ha sido llevado por Alejandro Neyra al Ministerio de Cultura, a pesar de tener un grave antecedente con la justicia peruana.