Desde los pasillos de la Presidencia del Consejo de Ministros se viene hablando de la salida del ministro de Cultura Fabricio Valencia Gibaja, a quien el cargo como titular del MINCUL le ha quedado bastante grande. A pesar de tener más de dos meses en el puesto, el Ministerio de Cultura ha perdido el poco color que tenía, ya que la gestión de Valencia Gibaja ha terminado llevando al MINCUL a cuidados intensivos. A la propia presidenta varios asesores le han señalado que se equivocó en su designación pero desde Cusco presionan para que el ministro se mantenga hasta diciembre.
En un par de reuniones en Palacio de Gobierno ha resonado el nombre de un cusqueño, se trata de David Ugarte Vega Centeno, cuñado de la presidenta Dina Boluarte. Según nuestra fuente de Palacio, David ‘Ronco’ Ugarte habría recomendado al actual ministro de Cultura. ¿Qué intereses se esconderían detrás de todo esto? Pues todo esto tendría que ver con la construcción del Hotel Sheraton en Cusco, construcción que vulneró el Patrimonio de la Humanidad, y por lo cual la fiscal Anticorrupción Gloria Soto, formalizó acusación contra tres exdirectores del Ministerio Cultura de Cusco (DDC), se trata de Juan Julio García Rivas, Ricardo Ruiz Caro y el cuñado presidencial David Ugarte Vega Centeno.
Antes de convertirse en ministro de Cultura, esto decía Fabricio Valencia Gibaja sobre la orden judicial para demoler la construcción del Hotel Sheraton en Cusco: “Teniendo una sentencia judicial firme, no ejecutarla es ilógico. La Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco podría ejecutar la demolición y luego el costo que irrogue esta demolición imputarla a la empresa R&G S.A.C. No proceder de esta manera es contrario a la normativa y cualquier principio rector del patrimonio cultural”.
Lo sorprendente es que una vez que Valencia Gibaja asumió el cargo se olvidó que se debe demoler la construcción realizada en la calle Saphi. Es decir, se olvidó de los principios que pregonaba en las entrevistas. Acaso, su desmemoria selectiva se debe a que intenta pagar un favor con otro favor. El ministro sabe que debe demoler el mamotreto de la calle Saphi, pero sabemos que no moverá un dedo, eso sí resultará ilógico y quedará en los anales de la historia.
Mientras tanto, los funcionarios del MINCUL siguen con sus viajes y paseos alrededor del mundo.
(Columna publicada en Diario UNO)