Todo lo que viene pasando en la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco nos permite ver el peligroso alcance que tiene un grupo de personas que en las últimas semanas viene manejando una de las instituciones del país como si fuera su chacra. Luego de la denuncia penal que publicamos contra Luis Nieto Degregori, actual director de la DDC de Cusco, se tomaron decisiones de despido arbitrario contra trabajadores por el solo hecho de haber compartido nuestra publicación de la denuncia en sus redes sociales.
Nuestra fuente en Cusco se comunicó con nosotros telefónicamente esta mañana dándonos la grave noticia de que estaban realizando despidos arbitrarios de trabajadores que compartían la publicación en sus Facebook. Una forma de amedrentar mediante el mal uso del poder.
Pero no solo se trata de despidos: nuestra fuente nos comunicó que un trabajador de la DDC de Cusco, recibió una llamada donde le indicaban que se acercara a recoger las balas que estaban en su escritorio con una supuesta arma que ocultaría en su oficina, todo esto en presencia de la policía.
Sembrar balas y ejecutar despidos arbitrarios, al parecer son las modalidades que utiliza un grupo de gente de la gestión actual, con el fin único de intimidar acusando con graves mentiras a los que denuncian y comparten publicaciones adversas a Luis Nieto Degregori.
Esta información me dejó tan sorprendido como preocupado y me hizo escribirle de inmediato al Ministerio de Cultura, haciendo un llamado a la ministra Patricia Balbuena.
A las 4 y 47 minutos de la tarde de hoy, nuevamente nos comunicamos con nuestra fuente en Cusco, y nos mencionó que Ana Palomino de la DDC de Cusco se comunicó con los trabajadores para avisarles que retrocedieron en la decisión del despido arbitrario y en la investigación de las balas encontradas en el escritorio de un trabajador.
Señora ministra de Cultura, Patricia Balbuena, quiero recordarle que todo esto empieza desde el momento en que usted designó en el cargo a Luis Nieto Degregori, un personaje cusqueño que tiene graves cuestionamientos en gestiones anteriores en la DDC, y ahora también se suma la denuncia penal por no cumplir con los requisitos de Ley para asumir el cargo que ocupa.
Acciones arbitrarias y delincuenciales no se pueden permitir ni tolerar en ningún funcionario del Estado. Recuerde, señora ministra, su firma lo avala.