La salida de Ciro Gálvez del MINCUL ha dejado a varios candidatos para ocupar puestos clave en ese ministerio, con los crespos hechos. Si bien el tema de la FIL Guadalajara causó mucho ruido porque los mismos «afectados» son escritores con alcance mediático, ese era solo un tema menor llevado por los mismos afectados y los renunciantes solidarios al límite de la traición a la patria. ¿Qué ocurrirá con los cambios que realizó Gálvez al interior del MINCUL? ¿Serán mantenidos por la ministra entrante o se volverá al escenario anterior? Y esta pregunta va para casi todas las áreas en las que se iniciaron cambios interesantes dentro de ese ministerio.
¿Es entonces Gisela Ortiz la ministra que necesita el MINCUL en este momento o es un retorno a todo lo anterior? Gisela Ortiz Perea es una activista pro derechos humanos que se hizo conocida tras la muerte de su hermano, Luis Enrique Ortiz Perea -ejecutado en 1992 por el comando Colina junto a otros ocho estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta- por buscar justicia durante muchos años, la misma que halló cuando condenaron a Fujimori a 25 años de prisión por este caso luego de su extradición (caso además emblemático de aquella época terrible). Más allá de esta posición de defensora de los derechos humanos, Ortiz es Administradora de empresas egresada de La Cantuta. Y hasta aquí no tiene mayor conocimiento ni preparación ni experiencia ni estudios, todo lo que se le reclamaba a Ciro Gálvez en su momento, que sustenten su elección para el cargo de Ministra de Cultura.
Sin embargo, hay un dato que no debemos pasar por alto: Gisela Ortiz es directora de Operaciones del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), una ONG dedicada a la búsqueda e identificación de personas desaparecidas en lugares de conflictos, y que, según algunos arqueólogos, es bastante cercana a Luis Guillermo Lumbreras. Si esto es verdad, es previsible entonces el rumbo que tomará la elección de quiénes ocuparán los puestos clave en el MINCUL, pues habrán varios retornos casi cantados. Si no fuera verdad, ¿qué podemos esperar de la nueva Ministra? Es cierto que a todas luces Ciro Gálvez estaba más preocupado en viajar a inaugurar cuanto evento hubiera en el país, incluyendo ferias locales del libro, y que su paso por el MINCUL -si bien puso en evidencia todas las cosas que ya se sabían pero que no se decían por aquello del pacto infame de hablar a media voz- no encontró ni las formas ni el respaldo necesario para conseguir cambios profundos y/o permanentes.
Por otro lado, hay un tema sobre Ortiz que también llama la atención, y es la acusación que hace el profesor y exestudiante de la Universidad La Cantuta, Wilfredo Risco Paico, de que Gisela Ortiz fue militante terrorista en su época universitaria entre 1985 y 1990, perteneciendo al Movimiento de Artistas Populares, vinculado a Sendero Luminoso y a Socorro Popular. Sumando a esto último su cercanía con Alfredo Crespo, secretario del MOVADEF. Risco Paico no se ha desmentido en ningún momento. Sin embargo, el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos, programa conjunto de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y de la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) denunciaron una campaña de difamación contra Ortiz porque sus demandas, entonces, afectaban directamente a Fujimori. Esta acusación, que ha vuelto a salir a la luz, será uno de los puntos más débiles de esta gestión que recién empieza.
Mientras tanto, a quienes nos interesa el tema cultural, solo nos queda esperar a ver cuáles son las primeras medidas y movidas para tener una idea del camino que tomará uno de los ministerios más cuestionados del Perú.