Parte de la comunidad cultural y artística validó y legitimó anoche la mediocre gestión del Ministerio de Cultura a cambio de 23 millones de soles. Esto ocurrió en el Gran Teatro Nacional, donde fueron premiados 345 “proyectos culturales”, en medio de una gestión deficiente, con denuncias por corrupción y de lobby.
Muchos de los que recibieron los estímulos económicos son críticos de los métodos fujimoristas para ganar simpatizantes. Critican los tapers y el dinero con que se compra la conciencia de los votantes. Pero anoche no hubo críticas, todos sonrieron para la foto, todos creyeron que se merecían el llamado “Estímulo económico” del Ministerio de Cultura.
La finalidad de los 23 millones no es apoyar su proyecto de cine, artes visuales o la publicación de un libro, la finalidad del dinero es silenciar la crítica al sector cultural. Para el Ministerio de Cultura cada “ganador” de los estímulos económicos es un número más en la fría estadística que ellos manejan. No mires el árbol, mira el bosque, y verás que ha pasado un año más sin una Ley de Cine, sin una Ley del libro, sin una Ley que proteja el trabajo de miles de personas que diariamente impulsan el desarrollo cultural en nuestro país. Todos aplaudieron las migajas y dejaron pasar nuevamente lo que en verdad importa.
20 millones de soles se destinaron para la actividad audiovisual y cinematográfica, dos millones de soles para las artes escénicas, las artes visuales y la música, y lo más barato fue la gente que se dedica a la publicación de libros y al fomento de la lectura: a ellos se les dio solo un millón de soles. Hubo 122 jurados, cada uno cobró entre 3 mil y 3, 500 soles. Sumen y verán que solo en jurado se pagó hasta más de 400 mil soles. ¿Siguen creyendo que su proyecto le importa de verdad al Ministerio de Cultura?
TONTOS ÚTILES EN ACCIÓN
Anoche el guion salió a la perfección. Antes de iniciar el desfile y el ritual de las fotos, todos se pusieron de pie para cantar el himno nacional. El primer grupo que subió al escenario fue el de los “ganadores” de los estímulos económicos para las artes escénicas, las artes visuales y la música. La elegida de ese grupo para leer un texto armado fue Renata Flores, quien frente al micrófono mencionó: “Estamos haciendo historia en el Perú”. En parte tiene razón, es la historia de la manipulación y el silencio a cambio de dinero.
El segundo grupo que subió fue el de los ganadores de los estímulos económicos para el libro y el fomento de la lectura. Aquí para el discurso eligieron a Janeth Canchari, otra chica que igual que la anterior siguió el guion de agradecimiento y mencionó que el 2018 quedará grabado por las políticas que estimulan la creación de la sociedad civil. A esta señorita hay que explicarle que no tenemos políticas culturales. Y que el apoyo económico que recibe sólo va a estimular su ego.
Antes que subiera el tercer grupo pensé ingenuamente en que la gente de cine (y sus gremios) se pronunciaría sobre la Ley de cine y la gran necesidad de desarrollar políticas culturales reales. Pero una vez arriba, el grupo ganador de los estímulos económicos para la actividad audiovisual y cinematográfica no dijo ni una palabra respecto al tema. El elegido para hablar por ellos fue el realizador Óscar Catacora, “El camino del cineasta es complejo y fructuoso” señaló, y continuó con el guion de halagos para el Ministerio de Cultura.
Es decir, durante toda la noche pesaron más los 23 millones de soles (cómo pesan ¿no?), que la real necesidad de exigir políticas culturales. El silencio y adormecimiento de los que estuvieron anoche en el Gran Teatro Nacional fue general. Mientras tanto, el arte y la cultura seguirá siendo ese mendigo sin zapatos, a quien cada cierto tiempo se regala un poco de dinero para hacerle creer que se le está ayudando.