El Ministerio de Cultura mediante un comunicado titulado “Ayuda memoria” responde sobre el caso del escritor Elvis Herrada, quien busca ayuda para viajar al Salón del Libro de Luxemburgo.
En el documento el Ministerio de Cultura intenta en siete puntos, lavarse las manos. Y para no perder la costumbre de asumir sus responsabilidades, dicho documento no está firmado por Ezio Neyra, quien es directamente el responsable de la Dirección del Libro y la Lectura. Es decir, nuevamente nadie se hace responsable.
Lamentablemente, dicha institución en la avenida Javier Prado, lo único que ha hecho desde su creación, es ser un remedo de velatorio. Una institución donde abundan los burócratas mediocres, y donde se han hacinado diversas camarillas de amigos. Precisamente, muchos de los amigos del actual ministro Alejandro Neyra, trabajan ahí. Por eso dudo bastante que esa gente que le encanta el lobby, sea expectorada en esta gestión.
En su comunicado dicen que no hay plata, no cuentan con presupuesto, y que solo apoyan a los escritores cuando el Estado Peruano recibe la invitación. Y que un grupo de burócratas del Ministerio de Cultura del Perú, Promperú, Relaciones Exteriores, Cámara Peruana del Libro y Editores Independientes del Perú, deciden qué escritores viajan. Un gran error, es por eso que siempre vemos a los amigos de los funcionarios, los autores de PEISA y a un grupito de escritores de Lima desfilar en los viajes internacionales.
Otro de los puntos que menciona el comunicado es que el Ministerio de Cultura viene trabajando el Proyecto de Ley de Fomento del Libro, la lectura y de los autores. Su forma de trabajo sobre el proyecto de Ley es un chiste, lo digo con conocimiento ya que estuve presente en una de esas sesiones y pude darme cuenta de lo improvisado que son sus funcionarios. Este proyecto lo trabajan vía Skype, donde los representantes de otras Direcciones Desconcentradas se pelean vía internet, y donde en las reuniones online solo han participado de 3 a 4 regiones del país. A esto sumarle las regiones de la parte de la Amazonia, donde la conexión de internet es un desastre.
Dicen que no hay plata, pero lo que en realidad no hay es voluntad por ayudar, por cumplir el papel de un servidor público. Si Ezio Neyra como funcionario del Ministerio de Cultura tuviera un mínimo de conocimiento de gestión cultural y un pequeño interés por ayudar a un escritor, lo que hubiera hecho es levantar el teléfono y llamar a alguna empresa para poder apoyarlo. Pero lo que hizo fue darle la espalda y mandarlo a pedir ayuda a una fundación.
Si el Ministerio de Cultura como institución no realiza gestión cultural, entonces no sirve. Lo único que estamos haciendo es desperdiciar gran cantidad de dinero pagando sueldos a una sarta de burócratas incompetentes.
Por otro lado, ya es tiempo que el Órgano de Control Interno del Ministerio de Cultura, haga su chamba. El OCI no está para proteger y blindar a los malos elementos. Ezio Neyra, publicitaba su bar de barranco llamado “Victoria Bar” en los eventos auspiciados y promocionados del Ministerio de Cultura. Eso no es ético. Un funcionario del Estado está para servir a los peruanos y no para servirse del Estado.