Nuevamente la ministra de Cultura Leslie Urteaga, más conocida como la gritona del Valle de Lurín, habría armado un nuevo espectáculo creyéndose la toda poderosa en su visita a Radio Nacional el 08 de marzo, en la Celebración del Día de la Mujer. Nuestra fuente nos comenta que la ministra se presentó sin saludar a nadie y con postura de Napoleón, caminaba sintiéndose superior a todos. Nos cuentan también que su única y gran preocupación era saber por qué en los últimos meses se había retirado de la emblemática radio a distintos personajes que estaban atornillados llevándosela la fácil.
Esa actitud no es nueva, ya tiene antecedentes de ese tipo de comportamiento en el Museo Nacional de Perú (MUNA) —museo que hasta hoy no se inaugura—, pero sigamos con los detalles de lo que pasó en Radio Nacional.
A los trabajadores de la radio les sorprendió lo ofuscada que llegó la ministra y con un comportamiento grosero habría solicitado hablar con el Gerente de la Radio. Los propios trabajadores que fueron testigos de esto no entendieron qué estaba pasando. La educación y la sonrisa del rostro de la ministra habían desaparecido. El ambiente estaba tan tenso que los trabajadores de la radio se pusieron nerviosos.
A los pocos minutos, la noticia del comportamiento de la ministra corrió por toda la radio. El Día de la Mujer se había convertido en el Día de la Mala Educación, representada en la investidura de una ministra borrachita de poder.
Parece que la ministra cree que Radio Nacional es su chacra. Ella piensa que por ser ministra, también puede maltratar a los trabajadores. Sin duda, esta es una nueva actitud condenable que debería ser investigada.
Como se sabe en los últimos meses Radio Nacional ha realizado cambios positivos. Es decir, ha limpiado la casa de gente que por varios años estuvo aprovechándose de su círculo de poder para ganar jugosas órdenes de servicio y contratos. Para muchos, Radio Nacional ha sido descaviarizada, y esto parece que no le ha gustado a la ministra Leslie Urteaga, quien mañana será interpelada en el Congreso, y tendrá que responder por la contratación de Joinnus y por el cuestionado José Bastante.
Sobre el caso de José, todavía hay bastante que contar.